viernes, 11 de junio de 2010

Nubes

Sentada en el ordenador, frente a la ventana, cuando levanto la vista para intentar que la inspiración inunde mis neuronas y me lleve a escribir alguna cosa interesante, veo pasar las nubes de esta borrasca de junio que ha roto la templanza climática...Es curioso como la misma cosa, una nube cargada de agua puede, dependiendo de si cae mansamente o a trombas pasar de ser una bendición a una catástrofe. Dos personas han muerto a consecuencia de las inundaciones. Ese mismo agua que tantas veces les quitaría la sed, les aliviaría el calor ha sido el instrumento del que se ha valido la muerte para arrebatarles la existencia.
Esta reflexión me lleva a pensar como el ser humano, capaz de llevar a cabo las mayores hazañas también, a través de los excesos del odio, de la avaricia y de la incomprensión, es capaz de ocasionar los desastres más absolutos. Somos como ese agua desbordada, que sin cauce arrastra todo lo que nos encontramos a nuestro paso: el petróleo del golfo de Méjico, el conflicto de Oriente Próximo, la muerte de un niño de catorce años en la frontera estadounidense...
¿Será que todo tiene que estar impregando del bien y el mal? En fin... siento que la entrada de hoy no esté cuajadaa de un gran optimismo. Pero es que a veces, a pesar de los esfuerzos de ser positiva, me siento como esas nubes grises a punto de reventar.
Pero por supuesto sed felices.

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