miércoles, 22 de julio de 2020

Mano por codo

No cabe duda de que este coronavirus, bautizado como CoviD 19, ha puesto nuestra vida patas arriba, en muchas cosas pero sobre todo en las costumbres sociales.

Sé que no extensible a todos, hay quien no gusta del contacto con el prójimo, pero para quienes somos muy "latinos", lo peor que se lleva es la falta de acercamiento con amigos y familiares.

Ayer estuve como concejala en el homenaje que el municipio de Rivas Vaciamadrid ralizó a los servicios esenciales que durante la crisis más álgida  de la pandemia estuvieron al pié del cañón. Cuerpos y fuerzas de seguridad, médicos, profesorado, servicios de limpieza y mantenimiento, protección civil... Todos recibieron su justo reconocimiento público. Un acto muy emotivo.

Pero no cabe duda de que la presencia del virus no pasó desapercibida. Caras ocultas por la mascarilla y codos por manos, con ausencia de abrazos. Todo envuelto en una extraña ceremonía que nos convertía  en protagonistas de un evento al que le habían arrebato ciertas emociones, gestos y cariño.

Aún estamos en el camino, aún seguimos sofocados por esa pieza los la que nunca antes habíamos convivido fuera de las actuaciones sanitarias. Aún nos queda tiempo para abrazarnos y agarrarnos de las manos como antes, con libertad. Pero estoy convencida que cuando llegue ese día será maravilloso, como lo es todo lo que se recupera tras haberlo perdido por un tiempo.

Como ya dije una vez, hemos aprendido a sonreír con los ojos y a transmitir con las palabras, esos intrumentos maravillosos, y a veces olvidados y maltratados, que ahora son los puentes para acercarnos unos a otros. Los poetas sabemos de ello. 

Mientras, nuestros codos conectados seguirán diciendo lo que no pueden nuestras manos.

Sed felices.



sábado, 11 de julio de 2020

Diez años sobre mis tacones.

Ya han pasado diez años desde que comencé esta andadura de bloguera, diez años desde que decidí un día abrirme a esta ventana al mundo que son las redes sociales.
Han sido unos años plenos de luces y sombras. En este mes de julio echaba el cierre a mi empresa de formación, tras veintidós años, a la que la crisis económica de 2008 dejó sin oxígeno. Tras veintidós años me vi sin trabajo, con una edad bastante complicada, y con la necesidad de reiventarme. No tardé ni un mes en encontrar la razón para seguir adelante. El 6 de agosto venía al mundo mi primera nieta, Leyre. Ese pequeño ser fue la gran razón para que no me rindiera.

Había dedicado más de veinte años a la enseñanza, a la formación, y tenía que encontrar nuevamente el camino. Entonces no me pregunté "qué quiero hacer", sino "qué soy". Me contesté a mí misma que una buena comunicadora. Me sumergí en el mundo de la comunicación, del marketing de contenidos, de la organización de eventos... Y sobreviví, además con un valor añadido de disponer del tiempo de una manera más libre, lo que me permitió dedicarme con más intensidad al mundo de la literatura. Tres novelas, tres libros de poemas, una novela juvenil y un libro de relatos atestiguan que han sido estos años bien aprovechados.

Sin duda que la sombra más profunda y alargada ha sido la pérdida de mis padres en este tiempo. No por mayor que una sea deja de echarles muy de menos cada día, y continúan presentes en mi corazón como si siguieran conmigo. Pero la luz también me ha acompañado y regalado otros dos preciosos nietos, Martina y Adrián, que colman mi felicidad y mi "abuelería".

Hoy es el día después de mi nombramiento como concejala de Desarrollo económico y empleo de la ciudad en donde resido, Rivas. Un reto que me emociona, porque he vivido desde el otro lado la gestión de la empresa, de los comercios, de la pérdida del empleo y el esfuerzo de ganarse la vida día a día. Pienso que es un gran broche a esta década en la que la vida de ha ido señalando que todo depende de cómo te la cuentes.

Estoy sentada frente al ordenador, mis queridos lectores, y me vuelvo hacer la misma pregunta: ¿qué soy? Sí, sigo siendo una buena comunicadora, no lo voy a negar, pero creo que tras estos años puedo decir que soy una persona con menos miedos, con menos ambiciones, pero con mucho más convencimiento de que un fracaso no es más que un mal ensayo y que de los errores se aprende sino abandonas.

No sé si podré seguir escribiendo con la asiduidad que lo he hizo haciendo en este tiempo, pero lo voy a intentar. No quiero bajar de estos tacones que me han permitido caminar y llegar a hasta aquí.

Sed felices.


sábado, 4 de julio de 2020

PENSANDO , PENSANDO XVI...

 
 Pensamiento que me surgen en el amanecer.


Triste cuando se prefiere la mentira que nos reafirma a la verdad que nos cuestiona.

Somos mortales por nuestros miedos, inmortales por nuestras ilusiones.

Una obra de arte no lo es por opinión de los críticos sino por la resistencia al paso del tiempo.

El amor da vértigo, siempre da vértigo...

Ser bueno no es no ser malo sino combatir la maldad.

La boca puede mentir, los ojos nunca.

¿Cómo entender a quien no quiere comprender?

La fantasía es imprescindible para no perderse en la realidad.

Hay silencios que son poemas escritos con la mirada.

La nostalgia es el pellizco del recuerdo.