sábado, 16 de junio de 2012

Teoría de la conspiración

Ayer tuve una reunión de trabajo en Madrid . El tema no era excesivamente acogedor,  pues estaba en relación con el sector industrial, pero, curiosamente, se generó una corriente de empatía  entre los asistentes que, una vez tratamos el tema principal, nos llevó a hablar de la situación actual y, como no, de la crisis.

En un momento de la conversación, se puso sobre la mesa la famosa teoría de la conspiración, resumen de la intencionalidad  programada de todo lo que está pasando, dirigido por unas mentes maestras diabólicas que quieren dominar el mundo.

Para mi asombro, alguno de los asistentes confesó que empezaba a creer que podría ser verdad, y que había llegado a estar tan desmotivado que cada día le costaba más levantarse para ir a trabajar. Bien, le contesté, entonces realmente están consiguiendo su propósito, pues no hay nadie más manipulable que quien ha perdido la ilusión y la ganas por avanzar.

A partir de esta situación que os comento, quiero compartir con vosotros la siguiente reflexión: decidme, mis queridos lectores, de toda esa vorágine de noticias nefastas que nos acompañan a diario, cuantas son suceptibles de ser modificadas por nosotros, curritos de a pié.

Sin embargo, a diario, nos bombardean, nos aplastan con toda clase de dardos informativos, hasta que nos dejan clavados al sofá, preguntándonos que va a ser de nosotros, mientras nos  inunda una total y absoluta sensación de impotencia.

Hace mucho tiempo que me negué a caer en esa trampa. Decidí ocuparme de aquello que estaba cerca de mi y podía: asesorar a mi vecina, que se ha quedado sin trabajo y quiere montar su empresa; acercar la cultura a mis vecinos; compartir mis ideas con compañeros para intentar que mi ciudad mejore.

Sí, he decidido que soy mucho más útil si dedico mis energías a aquello en lo que puedo influir y puedo cambiar. Tengo la peregrina idea de que si cada uno de nosotros hiciéramos lo mismo, funcionaríamos como una piedra al caer al agua: nos expandiríamos en hondas y llegaríamos mucho más lejos.

Si existe o no conspiración, sinceramente, me importa un bledo. Sé quien soy, donde estoy y hasta donde puedo llegar. Y con esto sigo caminando.

Sed felices.

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por tus palabras de esperanza. Es difícil hacerlo, pero merece la pena intentarlo.

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  2. Gracias a ti. Es una placer saber que conecto con vosotros. Un abrazo.

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