Desde hace meses recorría el mismo camino con el objetivo de hacer ejercicio y mantenerse en forma que a ciertas edades es importante, lo sabe todo el mundo.
Esa mañana hacía frío, esa clase de frío que convertía en vaho el aire que expelía en su rápido caminar, como si fumara un cigarro interminable, lo que la hizo recordar, agradecida, que ya hacía años que dejó ese hábito.
El sol lucía en lo alto, atravesando con sus rayos una ligera neblina, que se evaporaba de los árboles que rodeaban el parque. Qué curioso-pensó- el mismo sol y el mismo parque que hace seis meses, cuando el calor apretaba y era imposible caminar sin sudar.... Ese pensamiento la hizo sonreír, pues algo tan obvio como las estaciones no era como para asombrarse. Pero últimamente parecía como si las cosas más simples y de explicación más sencilla se presentarán ante sus ojos de otra manera. Tenía la sensibilidad a flor de piel, y sus sentimientos funcionaban como radares, captando las emociones, las sensaciones que la rodeaban.
El sol y el parque eran los mismos, pero ¿Y ella?. Era imposible que su interior, sometido desde hace tiempo a una metamorfosis provocada por tantas experiencias vitales, captara la vida de la misma manera.
Metió las manos en los bolsillos y apretó el paso, mientras sus ojos se perdían en la flecha que formaba una bandada de pájaros camino de las lagunas....
Sed felices
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