
Hace poco tuvo la ocasión de comentarlo, esta vez metafóricamente, respecto a la manera de ser de ciertas personas, tranquilas y serenas por fuera, pero que, como la poza del Duero, albergan corrientes interiores, en ocasiones difíciles de descubrir.
Aunque las aguas bravas son más complicadas de navegar, siempre ves a donde te llevan. Las aguas tranquilas son atractivas por su serenidad , aunque oculten en el fondo sus intenciones.Y ella, que en su forma de ser era lo más parecido a un torrente, siempre acababa desembocando en esas pozas tranquilas, como el Duero de su infancia.
Sed felices
*La fotografía es del lugar que se describe, El Refugio, Covaleda (Soria).
*La fotografía es del lugar que se describe, El Refugio, Covaleda (Soria).
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