jueves, 13 de diciembre de 2012

El portero del prostíbulo: ante la adversidad, oportunidad.





Hay un cuento recogido por Jorge Bucay que tiene por nombre El Portero del Prostíbulo. Es una magnifica parábola acerca de lo que significa afrontar la realidad con decisión y saber que ante la adversidad no hay mejor reacción que la de querer avanzar, incluso cuando las circunstancias pueden ser las peores.
En este cuento, que recomiendo lean[1], nos cuentan como un hombre, un pobre hombre es capaz de convertir la adversidad en oportunidad.
En una sociedad como la actual, en la que nuestros objetivos se han basado en el tener, y en el que cualquier dificultad que se nos presenta, nos provoca pánico, el cuento de Jorge Bucay abre una nueva perspectiva.
¿Por qué ante las mismas circunstancias, unos triunfan y otros no? ¿Por qué teniendo algunas personas lo que llamaríamos condiciones que preconizarían un futuro negro, al cabo del tiempo resultan ser los triunfadores? Todos tenemos en la mente personajes de las más variadas actividades humanas cuyos principios no auguraban lo que llegaron a ser…Personas que fracasaron en el colegio en áreas en las que luego llegaron a obtener el máximo reconocimiento, personas que se vieron obligadas a dejar los estudios a muy temprana edad, y que años más tarde triunfan en los negocios.
¿Qué hay de común en todas ellas? En que se ocuparon más en ser que en tener. Eran pintores, poetas, físicos o emprendedores, no poseedores de coches, chalets o apartamentos en la playa. Y a pesar de que en un principio la sociedad, a través de arquetipos establecidos seculares, les juzgó como “fracasos”, posteriormente se tuvo que plegar a su éxito.
Las adversidades, las crisis son incómodas, no cabe duda, pero no tienen que resultar nefastas. Los orientales escriben crisis con dos ideogramas: peligro y oportunidad. Pero este peligro es precaución, no huida. Y de la precaución  debe nacer de la reflexión, y de esa reflexión surgirá a su vez aprovechar aquella oportunidad que se nos presenta y que de haber sido otra la circunstancia, nunca, nunca, hubiéramos conocido.
Estos tiempos nos empujan al cambio. Seguramente  todos y todas estemos tan acomodados (que no satisfechos) que no nos planteamos modificar un ápice nuestras vidas. Y cuando realmente nos vemos empujados a ese cambio obligatoriamente, como puede ser un despido del trabajo, nos perdemos. Y quizás era un trabajo que no nos satisfacía y que nos obligaba cada día a levantarnos con desgana, a estar durante ocho horas esperando volver a casa para otra vez empezar…Es decir un trabajo que nos permitía tener pero no ser.
Empecemos a pensar en que estos cambios, que en principio pueden ser adversidades, se conviertan en oportunidades. Oportunidades que otros fueron capaces de aprovechar y que hoy en día se sienten orgullosos de lo que son, no de lo que tienen.

Sed felices.






2 comentarios:

  1. Una gran reflexión, a mi entender; yo siempre suelo ver las cosas en positivo y el otro día escribí y publique la siguiente frase: “en los momentos de mayor caos es cuando podemos y debemos tener la capacidad para crear de la forma más brillante” que me parece que está en la misma línea de pensamiento ideológico y positivo...!!! Un saludo!!!

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  2. Totalmente de acuerdo. La creatividad no es amiga de la comodidad.
    Un saludo

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