Hay un cuento recogido por Jorge
Bucay que tiene por nombre El Portero del Prostíbulo. Es una magnifica parábola
acerca de lo que significa afrontar la realidad con decisión y saber que ante
la adversidad no hay mejor reacción que la de querer avanzar, incluso cuando
las circunstancias pueden ser las peores.
En este cuento, que recomiendo
lean[1],
nos cuentan como un hombre, un pobre hombre es capaz de convertir la adversidad
en oportunidad.
En una sociedad como la actual,
en la que nuestros objetivos se han basado en el tener, y en el que cualquier
dificultad que se nos presenta, nos provoca pánico, el cuento de Jorge Bucay
abre una nueva perspectiva.
¿Por qué ante las mismas
circunstancias, unos triunfan y otros no? ¿Por qué teniendo algunas personas lo
que llamaríamos condiciones que preconizarían un futuro negro, al cabo del
tiempo resultan ser los triunfadores? Todos tenemos en la mente personajes de
las más variadas actividades humanas cuyos principios no auguraban lo que
llegaron a ser…Personas que fracasaron en el colegio en áreas en las que luego
llegaron a obtener el máximo reconocimiento, personas que se vieron obligadas a
dejar los estudios a muy temprana edad, y que años más tarde triunfan en los
negocios.
¿Qué hay de común en todas ellas?
En que se ocuparon más en ser que en tener. Eran pintores, poetas, físicos o
emprendedores, no poseedores de coches, chalets o apartamentos en la playa. Y a
pesar de que en un principio la sociedad, a través de arquetipos establecidos
seculares, les juzgó como “fracasos”, posteriormente se tuvo que plegar a su
éxito.
Las adversidades, las crisis son
incómodas, no cabe duda, pero no tienen que resultar nefastas. Los orientales
escriben crisis con dos ideogramas: peligro y oportunidad. Pero este peligro es
precaución, no huida. Y de la precaución debe nacer de la reflexión, y de esa reflexión
surgirá a su vez aprovechar aquella oportunidad que se nos presenta y que de
haber sido otra la circunstancia, nunca, nunca, hubiéramos conocido.
Estos tiempos nos empujan al
cambio. Seguramente todos y todas
estemos tan acomodados (que no satisfechos) que no nos planteamos modificar un
ápice nuestras vidas. Y cuando realmente nos vemos empujados a ese cambio
obligatoriamente, como puede ser un despido del trabajo, nos perdemos. Y quizás
era un trabajo que no nos satisfacía y que nos obligaba cada día a levantarnos
con desgana, a estar durante ocho horas esperando volver a casa para otra vez
empezar…Es decir un trabajo que nos permitía tener pero no ser.
Empecemos a pensar en que estos
cambios, que en principio pueden ser adversidades, se conviertan en
oportunidades. Oportunidades que otros fueron capaces de aprovechar y que hoy
en día se sienten orgullosos de lo que son, no de lo que tienen.
Sed felices.
Sed felices.
Una gran reflexión, a mi entender; yo siempre suelo ver las cosas en positivo y el otro día escribí y publique la siguiente frase: “en los momentos de mayor caos es cuando podemos y debemos tener la capacidad para crear de la forma más brillante” que me parece que está en la misma línea de pensamiento ideológico y positivo...!!! Un saludo!!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. La creatividad no es amiga de la comodidad.
ResponderEliminarUn saludo