A veces los defectos son como el culo, que solo nos lo pueden ver los demás.
Extraña reflexión, pensarán mis lectores. Bueno, no tan rara. Si nos fijamos, es muy complicado vernos esa parte del cuerpo de una manera clara, so pena de ser la niña de El exorcista, y poder girar la cabeza hasta límites inhumanos. De eso sabemos mucho las mujeres cuando nos tenemos que probar pantalones y necesitamos ver si se ajustan de manera adecuada a nuestro trasero; por eso la mayoría de las veces pedimos opinión a otra persona- que suele ser amiga- que nos confirma o no como nos sienta.
Bien, pues con los defectos viene a pasar algo similar, sobre todo en aquellos en que la autoestima está por encima de los máximos y a los que habitualmente les cuesta reconocer que, como todos los mortales, tienen sus carencias.
Claro que se podría pensar que cada uno es como es, y que para qué decir nada, si normalmente nadie va a cambiar. Pues, y siempre en mi opinión, señalar lo que no nos gusta de otros viene a cuento siempre que distorsionen la relación y que esa relación nos merezca la pena. En muchas ocasiones, en más de las que quisiéramos, acabamos poniéndonos cien veces amarillos, por no pasar el trago de decirle a alguien- y si nos importa, más- que no nos gusta algo que hace o como se comporta y lo mismo que con los pantalones, a veces preferimos callar y permitir que quien nos pidió opinión vaya fatal, antes que decir que la prenda le hace un culo como un pandero o más bolsas que una reunión de canguros.
Aunque, y eso es comprensible, para una cosa y otra hace falta delicadeza, cariño y sobre todo pensar que todos tenemos culo....y defectos.
Sed felices.
Extraña reflexión, pensarán mis lectores. Bueno, no tan rara. Si nos fijamos, es muy complicado vernos esa parte del cuerpo de una manera clara, so pena de ser la niña de El exorcista, y poder girar la cabeza hasta límites inhumanos. De eso sabemos mucho las mujeres cuando nos tenemos que probar pantalones y necesitamos ver si se ajustan de manera adecuada a nuestro trasero; por eso la mayoría de las veces pedimos opinión a otra persona- que suele ser amiga- que nos confirma o no como nos sienta.
Bien, pues con los defectos viene a pasar algo similar, sobre todo en aquellos en que la autoestima está por encima de los máximos y a los que habitualmente les cuesta reconocer que, como todos los mortales, tienen sus carencias.
Claro que se podría pensar que cada uno es como es, y que para qué decir nada, si normalmente nadie va a cambiar. Pues, y siempre en mi opinión, señalar lo que no nos gusta de otros viene a cuento siempre que distorsionen la relación y que esa relación nos merezca la pena. En muchas ocasiones, en más de las que quisiéramos, acabamos poniéndonos cien veces amarillos, por no pasar el trago de decirle a alguien- y si nos importa, más- que no nos gusta algo que hace o como se comporta y lo mismo que con los pantalones, a veces preferimos callar y permitir que quien nos pidió opinión vaya fatal, antes que decir que la prenda le hace un culo como un pandero o más bolsas que una reunión de canguros.
Aunque, y eso es comprensible, para una cosa y otra hace falta delicadeza, cariño y sobre todo pensar que todos tenemos culo....y defectos.
Sed felices.
No somos un mundo despierto ni tenemos la mente desarrollada , las mujeres que vallan como quieran y que agan lo que quieran , en que mundo vivimos , en uno lleno de odio
ResponderEliminarEs muy cierto, todos tenemos culo y defectos... Veo que también escribes relatos eróticos, son mis preferidos además de los juguetes eróticos que compro en el sexshop onliney comparto estas dos aficiones con mi pareja.
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