Con la resaca de las elecciones de Catalunya, sola, ante mi escritorio, reflexiono sobre la afirmación que llevo oyendo hace muchísimo tiempo: la necesidad de un líder.
Un líder.... Es verdad que los grupos sociales necesitamos líderes que abanderen los proyectos que surgen de las ideas, aunque no tengo tan seguro que, visto lo visto, muchos sepan que características atribuirle.
Algunos, protagonistas o no, hemos oído desde edad temprana que tal niño o niña tiene madera de lider, porque gusta de sugerir, empujar o apoyar las acciones o a las personas para llegar a sus objetivos y además no tiene ningún empacho en encabezar reivindicaciones. Nada que ver con el matón de patio, por supuesto, que ese en vez de liderar lo único que hace es amendrantar y que como mucho, de mayor, acabará siendo el guardaspaldas del lider.
Pero debe ser que muchos, tocados por el liderazgo en la infancia, se quedan en el camino porque, actualmente, se distinguen pocos en los entornos políticos, empresariales o sociales.
Últimamente veo sobre todo mediocres ensalzados por aquellos a los que sirven, engañados y creídos de haber sido elegidos por sus méritos. Incapaces de hilar una palabra tras de otra sin papel, necesitan que le escriban los discursos, eso si, en Arial de 14 para que lo puedan leer bien, y se ven condenados a esperar que les digan como, donde y cuando abrir la boca.
Son seres intrumentalizados y al servicio de aquellos que, encantados de manejar los hilos en la sombra, dejan que estos personajes que no tienen ningún mérito, ni siquiera el de conocer sus propios límites, ocupen puestos de responsabilidad. Nada que ver con un líder.
En fin, que sí, que es cierto que esta sociedad necesita buenos guías, que tengan ideas, criterio, formación y valores, herramientas imprescindibles para crear buenos equipos y que sirvan para llevar adelante proyectos innovadores que rompan esta inercia aburrida y monótona que parece que nos arrastra en el día a día.
¿Tal vez tú?
Sed felices
Un líder.... Es verdad que los grupos sociales necesitamos líderes que abanderen los proyectos que surgen de las ideas, aunque no tengo tan seguro que, visto lo visto, muchos sepan que características atribuirle.
Algunos, protagonistas o no, hemos oído desde edad temprana que tal niño o niña tiene madera de lider, porque gusta de sugerir, empujar o apoyar las acciones o a las personas para llegar a sus objetivos y además no tiene ningún empacho en encabezar reivindicaciones. Nada que ver con el matón de patio, por supuesto, que ese en vez de liderar lo único que hace es amendrantar y que como mucho, de mayor, acabará siendo el guardaspaldas del lider.
Pero debe ser que muchos, tocados por el liderazgo en la infancia, se quedan en el camino porque, actualmente, se distinguen pocos en los entornos políticos, empresariales o sociales.
Últimamente veo sobre todo mediocres ensalzados por aquellos a los que sirven, engañados y creídos de haber sido elegidos por sus méritos. Incapaces de hilar una palabra tras de otra sin papel, necesitan que le escriban los discursos, eso si, en Arial de 14 para que lo puedan leer bien, y se ven condenados a esperar que les digan como, donde y cuando abrir la boca.
Son seres intrumentalizados y al servicio de aquellos que, encantados de manejar los hilos en la sombra, dejan que estos personajes que no tienen ningún mérito, ni siquiera el de conocer sus propios límites, ocupen puestos de responsabilidad. Nada que ver con un líder.
En fin, que sí, que es cierto que esta sociedad necesita buenos guías, que tengan ideas, criterio, formación y valores, herramientas imprescindibles para crear buenos equipos y que sirvan para llevar adelante proyectos innovadores que rompan esta inercia aburrida y monótona que parece que nos arrastra en el día a día.
¿Tal vez tú?
Sed felices
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