sábado, 24 de noviembre de 2012

La letra perdida

Las estaciones del metro se suceden, solamente rota su monotonía por los trasbordos que la han de llevar a su cita y las conversaciones con las amigas, que la acompañan y que, como casi todos los viernes, convierten la tarde en un lugar de encuentros.
Por fin salen a la superficie y entran en el local, buscando la sala, a la que se accede a través de una incómoda y retorcida escalera. Es pronto todavía. Eligen un lugar cercano pero no en primera fila, quizá ese lo quieran los familiares. Al fondo, una mesa vestida con un lienzo blanco, austera, sin adornos, cerrada en dos lados por cortinajes púpuras, se asemeja a un altar. No es vana la comparación. Al fin y al cabo, lo que ve a tener lugar no deja de ser una ceremonia, un ritual.
La sala se va llenando cada vez más. Rostros conocidos que la saludan y que dan lugar a conversaciones, junto con otros que le son ajenos pero a los que esta tarde se siente unida por un nexo común: La letra perdida.
La hora se acerca y vislumbra al poeta rodeado de gente, de negro, elegante, con la sonrisa tensa que precede al reto. Se abre un pasillo y se acerca a la mesa, seguido de los que le harán los honores.
En breves minutos, La letra perdida abrirá sus paginas y en la voz de su autor desgranará sus poemas, algunos terribles, otros reflejo de esos miedos que temen más que nada al propio miedo, aquellos ceñidos por una corbata de prejuicios.
Les saluda Houdini, abriendo los candados de la presentación, dejando salir la magia de la poesía.
El silencio de la sala solo se quiebra con aplausos con el último verso de cada poema, cuyas palabras flotan en esa tarde de noviembre. Ella mira al poeta en la distancia con orgullo y un sentimiento tierno, como de hermana mayor, porque sabe todo lo que hay detrás de ese libro, al que, en propias declaraciones del autor y como si de Orfeo se tratara, rescató del propio Infierno para volver a encontrarse con la palabra.
Y al final, ese poema esperado, ese poema que  dice que el amor todo lo mueve, ya sea el mar u Homero, en una tarde perfumada, paseando por Berlín. Con el último verso de ese último poema,  que casi coincide con su suspiro contenido, acaba la ceremonia.

Bajo los tilos...

La letra perdida, último poemario de Fernando López de Ediciones Vitrubio, fue presentado ayer, día 23 de noviembre de 2012

10 comentarios:

  1. Casi has convertido la presentación del libro en un ritual, en un largo viaje por las palabras. Es verdad que siempre es muy grato escuchar poesía en las las primeras horas de la noche, cuando el tiempo anticipa la vigilia o el sueño. Abrazos

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  2. Aprendo de los maestros a tomar notas para luego contarlo. Un beso.

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  3. ¡Querida Elena! ¡¡¡¡Se me había pasado esta entrada!!!! Es irónico que, siendo el blog más leído por mí, no me haya llegado la entrada que se habla de La Letra Perdida. Supongo que la humildad heredada impone cepos a la mente.

    En todo caso... No tengo palabras. Sólo Elena Muñoz sabe lo mucho que debo yo a esa hermana mayor.

    La vida es un lugar repleto de misterio, y precisamente, como apunta José Luis, has convertido en un ritual la lectura, y eso me acaricia el alma. Todo en La Letra Perdida tiene algo de ritual, lo qué no sé es dónde conducen sus invocaciones.

    Pero siempre que sea bajo los tilos.

    Juntos.

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  4. Ella esperaba de la Letra perdida lo que encontró: una tarde en la que tu palabra, esa palabra que nace desde lo más profundo llena de significado, se abrió paso en una sala abarrotada. Y ella, Fernando, se sintió muy feliz por ti!

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    1. La verdad es que quise tener más tiempo para todo el mundo... Sobre todo para vosotros, a quienes tanto debo. Me sentí arrastrado por el mar nada más terminar. Aunque aquella reseca extraña no ha estado exenta de muchas anécdotas muy divertidas que contar, frente a un café. :D

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  5. Buena ceremonia, buen ambiente, buenas palabras.
    Las letras, unidas, nos salvan de cualquier infierno.

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  6. Has estado muy acertada desmarcándote de las reseñas al uso -ya hay unas cuantas- y regalándonos un pequeño relato de es momento mágico que fue la presentación de La letra perdida. Me ha gustado mucho. Un abrazo

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  7. Yo mismo localizo mi errata. Donde pone "es momento mágico" debería poner "ese momento mágico"

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  8. Gracias por vuestros comentarios. Un abrazo.

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  9. Gracias por vuestros comentarios. Un abrazo.

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