domingo, 12 de marzo de 2017

Según el color del cristal con que se mira

Si alguna ventaja tiene ir cumpliendo años (yo le encuentro bastantes) es la de aprender a relativizar las cosas. Sí, a darte cuenta que, a la postre, son muy pocas las que merecen la pena tomártelas a pecho.

Yo, años ha, fui una persona de grandes contrastes y pocos matices. Muchos blancos y negros, pero excasos grises. Tal vez mi manera apasionada de ver la vida me hacía beberla a grandes tragos, a veces sin degustar y sin respirar.

Luego el paso del tiempo me ha ido señalando que nada es verdad o mentira que "todo es según el color del cristal con que se mira". Y no es que me de todo igual, por supuesto, sino que ya va habiendo menos cosas en las que poner alma y vida, aunque como las meigas, hailas.

Por eso, y me reitero en la afirmación primera, he aprendido a poner mi esfuerzo solo en aquello que considero merecedor de ello y que de alguna manera está a mi alcance. Sobredimensionar las capacidades solo lleva a la frustración.

¡Ah! No quiero que de mis palabras se desprenda, mis queridos lectores, que me he vuelto comodona, no, simplemente que ahora sé, casi con seguridad, cuál es mi posición en el tablero del la vida y así juego.

Cotidianamente vemos como nos estrujan el alma a través de los medios con atrocidades ante las cuales poca capacidad de actuación directa tenemos, pero que nos sumerjen en un mar de miedo y angustia. Yo hace tiempo que me he pertrechado con el flotador del sentido común y aplico mi esfuerzo en aquello que pienso puede ser útil. Por lo demás vivo y procuro ser feliz.

El paso del tiempo me ha mostrado una maravillosa paleta de color, del rojo al violeta con la que pintar la existencia.


Sed felices.

4 comentarios:

  1. Colorida entrada.
    "Nada es verdad o mentira, todo depende del color con que se mira"
    Me marcho, el día se pone gris.

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  2. Tienes razon todo tienes dos verdades o dos mentiras segun en que lado te pongas asi se ve o te pones distintas gafas para verlo de otra manera.

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  3. Gracias, Michel, por tu comentario.Abrazos

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