Es decir, ¿somos tan diferentes?. Rotundamente sí, absolutamente sí, definitivamente sí. Y yo puedo hablar con conocimiento de causa. La mayor de cuatro hermanos, de los cuales la única mujer soy yo, la naturaleza debió pensar que no eran hombres suficientes en mi vida, ya que quiso bendecirme con dos hijos también varones. Así que, directamente en mi vida y durante treinta años, he convivido con siete miembros del género masculino: un padre, tres hermanos, un marido y dos hijos....
He de decir que jamás me sentí ni me siento discriminada, ya que las mujeres en mi familia hemos ocupado siempre puestos de prevalencia, pero si que me he sentido incomprendida muchas veces.
En mi vida laboral también he tenido la ocasión de interactuar con hombres y de la misma manera antes descrita que lo he hecho en el entorno familiar
Los hombres, y quiero que se me entienda, son mucho más simples que nosotras. Y cuando hablo de simpleza no me refiero a falta de inteligencia, que de eso hay en ambos lados, sino a no complicarse la vida. Esto es blanco o negro..... diría un hombre. Nosotras andamos de uno a otro pasando por el blanco roto, el gris claro, el gris marengo....etc. No sé si es la tetosterona la que limita la capacidad de matizar y de ahondar en las causas de las situaciones, y les deja simplemente como observadores de los efectos.
En fin, que desde el mundo es mundo hombres y mujeres estamos condenados a no entendernos y sin embargo no renunciamos a intentarlo. Quizá será porque los pocos momentos en que coincidimos o nos encontramos a ambos nos merecen la pena.
Sed felices.
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