martes, 4 de septiembre de 2012

Boomerang

Achacó su cansancio, en un principio, al  estrés de los últimos meses, que ni siquiera las vacaciones habían conseguido mitigar.
Cuando aparecieron los primeros mareos, también los relacionó con la molestias que sentía en el cuello, y que seguramente era producto de la tensión diaria y de una ligera artrosis cervical.
Hasta que una mañana de viernes, cayó desmayado en pleno Consejo de Ministros.
Se avisaron a los mejores especialistas que acudieron al mejor hospital, en donde le ingresaron. Tardaron varios días en comunicar el diagnóstico, en parte por lo complicado y prolijo de las pruebas, y en parte para no causar una alarma nacional.
Por fin, en el primer canal de la televisión pública, el jefe del equipo médico trasladó a la preocupada ciudadanía que la médula del presidente del gobierno presentaba una alarmante disminución de glóbulos rojos- más o menos eso entendieron los televidentes-  causada por una leucemia que, en este caso , presentaba una extraña variante.
Se intentaron varios tratamientos, que solo lograron paliar ciertos síntomas, pero no curar. El rostro del presidente cada vez mostraba más las huellas de su enfermedad y, a pesar de que intentaron que retomara su actividad habitual para no provocar más convulsiones en la maltrecha economía del país, la extraña leucemia ganaba día a día la partida y tuvo que ser la vicepresidenta la que asumiera totalmente las tareas de gobierno.
Por fin, la buena noticia saltó a los titulares. Parecía que se había encontrado un remedio: un trasplante de médula. Pero para desgracia del presidente, ninguno de sus familiares era compatible. Se acudió al banco de médula, y después de una carrera contra reloj, se encontró un solo donante.
Todos los resortes del estado se pusieron en marcha. Policia, guardia civil y demás autoridades buscaron y buscaron a esta persona, de nacionalidad extranjera.
Pero la vida, a veces es un boomerang, y nos devuelve aquello que arrojamos. El único hombre capaz de salvar la vida al presidente del gobierno había muerto, varios meses atrás, de un infarto, a la puerta de un ambulatorio, en el que no se le pudo atender por no tener los papeles en regla.
Sed felices.

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