Siempre me dio lástima Narciso. No porque fuera convertido en la flor que lleva su nombre, como castigo a su vanidad , sino por haber sido incapaz de amar a nadie, excepto a él mismo.
Debe ser terrible no haber experimentado jamás las sensaciones que te produce la visión, la cercanía, el tacto de la persona amada.
Eso es imposible, me diréis. Todo el mundo, alguna vez ha amado. Pues no estaría yo tan segura. Que prácticamente todos hemos creído estar enamorados, amar con el cuerpo y la vida, puede ser, pero sentir la esencia del amor, aquello que te hace entregarte al otro sin calcular, sin medir, sin pedir nada a cambio, como si fuera un gran salto al vacío, de esta manera tengo mis dudas, sobre todo en la actualidad.Y no hablo solo del amor de pareja, sino también de la amistad, que también es una forma de amar.
Vivimos en una sociedad en la que abundan por desgracia los Narcisos, preocupados más por contemplar su propia imagen que en levantar la mirada y observar lo que les rodea. Y esa imagen, que a veces engaña, pues les hace creer ser aquello que no son, les atrapa y anula la capacidad de verse a través del reflejo de los sentimientos que proyectan a los demás.
Por eso, siempre me dio lástima Narciso, incapaz de entender que la belleza no es lo que el espejo nos devuelve, sino aquello que los sentimientos moldean y que trasluce por medio de la sonrisa, de las miradas, de las caricias que damos y recibimos.
Pobre Narciso.....
Sed felices
Debe ser terrible no haber experimentado jamás las sensaciones que te produce la visión, la cercanía, el tacto de la persona amada.
Eso es imposible, me diréis. Todo el mundo, alguna vez ha amado. Pues no estaría yo tan segura. Que prácticamente todos hemos creído estar enamorados, amar con el cuerpo y la vida, puede ser, pero sentir la esencia del amor, aquello que te hace entregarte al otro sin calcular, sin medir, sin pedir nada a cambio, como si fuera un gran salto al vacío, de esta manera tengo mis dudas, sobre todo en la actualidad.Y no hablo solo del amor de pareja, sino también de la amistad, que también es una forma de amar.
Vivimos en una sociedad en la que abundan por desgracia los Narcisos, preocupados más por contemplar su propia imagen que en levantar la mirada y observar lo que les rodea. Y esa imagen, que a veces engaña, pues les hace creer ser aquello que no son, les atrapa y anula la capacidad de verse a través del reflejo de los sentimientos que proyectan a los demás.
Por eso, siempre me dio lástima Narciso, incapaz de entender que la belleza no es lo que el espejo nos devuelve, sino aquello que los sentimientos moldean y que trasluce por medio de la sonrisa, de las miradas, de las caricias que damos y recibimos.
Pobre Narciso.....
Sed felices
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