martes, 18 de octubre de 2011

Pantys y tacones


Parece que el otoño va tomando carta de identidad. Cuando el frío comience a ganar las calles empezaremos a tener que cubrirnos las piernas, bien con pantalones, bien con los clásicos pantys. Hoy me he comprado dos pares de éstos últimos , negros y beis.
Recuerdo la primera vez que mi madre se los puso. Atrás quedaban las medias y su incomodidad de llevarlas, con los clásicos enganches. También me vienen a la cabeza primeros que tuve, ya adolescente, de color marfil, tan finos y suaves, tan distintos a los leotardos de lana, gruesos y que picaban.
Me gusta la combinación de los pantys y los tacones. Me parece imprescindible para muchas ocasiones , y sin lugar a dudas, hacen las piernas muy atractivas, si se sabe elegir bien. Sólo hay algo que me crispa. Las famosas carreras, que se producen en el momento más inconveniente: cuando vas a una cena importante, a una boda, a una reunión de negocios. Y esta irritación sube de manera desmedida cuando alguién, creyendo que te hace un favor, y siendo imposible remediarlo, te dice de manera amable:
- ¿No te has dado cuenta? Te has hecho una carrera.
Recomiendo, por ello, un par de emergencia en el bolso. Una carrera en las medias puede destrozar el ánimo de la más pintada
Hoy me apetecía hacer una entrada, algo más frívola de lo habitual, sobre una prenda que me acompañará los próximos meses, seguro. Mis piernas iniciarán en breve su hibernación, ocultas tras la piel suave de los pantys que las guardarán del frío, pero sin perder, en mi opinión, elegancia cuando les acompañen unos tacones.

Sed felices

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