jueves, 22 de septiembre de 2011

Sabiduría oriental


Que la concepción de la vida es distinta en Oriente y Occidente es algo palpable y secular. Se ve en todas sus manifestaciones: artísticas, literarias, filosóficas.
No sé si serán mejores o peores que las nuestras, son diferentes.
Hace ya un tiempo descubrí un tipo de poema que me fascina. El haiku. Un poema de tres versos que tradicionalmente describe fenómenos naturales, estaciones del año o la vida de la gente cotidiana. Pero lo que más me gusta del haiku es ese poder plástico y fonético al mismo tiempo, en donde las palabras primero suenan y luego construyen una imagen. Y te producen diversas sensaciones sin que tengas que esforzarte en comprender. Se engarzan en el pensamiento y luego pasan al entendimiento.
El más importante de los poetas de haiku es Matshuo Basho. Su poema de la rana es famoso. Para nuestra mentalidad occidental, seguro que puede ser hasta pueril:

El viejo estanque;
la rana salta
Plop

Pero detrás de esa especie de obviedad está la capacidad de observar hasta el más pequeño detalle de la naturaleza y procesarlo como el más grande de los acontecimientos dentro de una armonía natural en la que el ala de la mariposa puede producir un terremoto al otro lado del mundo.
Os animo a leer haikus. Es un gran ejercicio mental

Sed felices.


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