Ella es morena, casi color chocolate, aunque con un matiz dorado, y dulce, muy dulce. Hay quien dice que incluso empalagosa. También chispeante, capaz de producirte cosquilleos en la tripa. Amiga de la moda, cambia bastante de aspecto. Se adapta fatal al calor y prefiere estar fresquita. Su origen es del otro lado del charco, pero se adapta a distintos ambientes con facilidad.
El es más rudo, algunas veces incluso se le puede tachar de bronco, de peleón. Su origen rural, campesino y su permanencia grandes temporadas en sitios cerrados, le hace tener un carácter intenso. En ocasiones puede producir grandes dolores de cabeza.
Ambos tienen un importante recorrido y pocos habrían apostado porque llegaran a ser pareja. Ella, sobre todo, ha coqueteado y coquetea con otros. Él, algo más selectivo, no se deja emparejar fácilmente, y tiende a caminar en solitario.
Parece ser, o por lo menos eso cuentan, que se conocieron en una cuadrilla del País vasco hace más de treinta años, y se convirtieron en una pareja, extraña sí, pero que era aceptada por muchos. E incluso, como tal duo, les bautizaron con un nombre original: Kalimotxo.
Anoche, cuando en la caseta de las Fiestas de mi localidad, servía los famosos "minis" de esta bebida, pensaba en el primero que se le ocurrió mezclar coca-cola con vino...
En fín, la necesidad crea a veces raras parejas de cama.
Sed felices.
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