Queridos Reyes Magos,
No sé si llego a tiempo con mi carta, pero espero de vuestra generosidad que así sea. Desde que soy adulta, siempre tuve la costumbre de esperar que me trajeráis una sopresa.¡¡¡ Adoro las sorpresas!!! Por tanto he perdido un poco la práctica de pedir. Majestades, simplemente quisiera pediros fuerza para seguir adelante. Estamos como sabéis en época muy complicada, y yo personalmente también he tenido que enfrentarme a retos profesionales nada fáciles. La reivención a los cincuenta cuesta... La verdad es que tenía grandes reservas de fuerza, acumulada durante tiempo, pero actualmente estoy llegando a rayita roja. Me imagino que este regalo será uno de los más solicitados este año. Pero por si hace falta, también te lo pido para mi familia y amigos. De cariño estoy sobrada y de salud tampoco vamos mal, por lo que de momento lo dejo para el año que viene.
Esta noche dejaré mi zapato, de tacón por supuesto, cerca de la ventana, con el turrón y el agua para vuestros camellos.
Gracias de antemano. Un beso.
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