miércoles, 3 de octubre de 2012

El valor de la palabra.

Desmontando el mito de que las mujeres hablamos mucho- bueno, yo  afianzo dicho tópico, pero eso no viene al caso- he tenido la ocasión, en estos últimos tiempos,  de comprobar que cualquier persona, cuando tiene oportunidad y el tema interesa, es capaz de dedicarle atención y saliva.

Ese es el caso de lo ocurrido ayer, en la mesa redonda que había organizado, en esta etapa de colaboración que he iniciado con la revista Mundo Electrónico y el Grupo Tecnipublicaciones. Éramos catorce asistentes- por cierto, yo la única mujer-, y estuvimos debatiendo durante dos horas sobre un tema muy específico empresarial, que no es el centro de este artículo, porque, aun siendo importante,  lo que yo quiero recalcar  es lo fundamental que sigue siendo, a pesar de toda nuestra potencia digital, tener lugares en donde encontrarnos y comunicar. Hace muy pocos días, concretamente, el viernes pasado, fue un encuentro literario el que me permitió, esta vez, poder hablar, intercambiar opiniones, pulsar el contacto humano.

Me encantan las redes sociales- a la vista está-, en las que me muevo como pez en el agua, pero todavía me gusta más estar, hablar, sentir y encontrarme con mis semejantes, con aquellos que tienen mis mismas inquietudes o no, pero que, como yo, saben que en la comunicación está la base de nuestro progreso.

Adoro el valor de la palabra y el de la mirada de aquel con el que me comunico, y a través de los cuales aprendo, avanzo y existo.


Sed felices.

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