viernes, 5 de octubre de 2012

La salvación de Sodoma

Amanezco este viernes , en este otoño madrileño que reluce más que los tres jueves de marras y que me tienta desde la ventana, con la resaca musical  del concierto de mi querido Ricardo Virtanen, que lo mismo me conmueve con un haiku que hace que mis pies se disparen como si mis zapatos fueran rojos, y no pueda impedir que  las ganas de bailar me suban desde los tacones- tacones, siempre- hasta la punta de mi cabeza, que esta mañana se desayuna con las encuestas de Galicia ante las próximas elecciones, y que me dicen que los resultados vuelven a encastillarse en un eterno día de la marmota, en el que unos de aferran a lo malo conocido, no sea que vuelvan los socialistas, y otros, son tan  escépticos que la izquierda se les ha vuelto siniestra, porque ya sabemos que "psoe pp la misma mierda es", que es algo que desquicia y me parece injusto, pienso, al mismo tiempo que contesto el teléfono e intento discernir hasta donde llega la estulticia humana, a la vista de la perspectiva que tiene un cliente de lo que se puede considerar gratis, que esto es la monda, que solo valoramos nuestro trabajo y pensamos que el de los demás, lo que hacen, tiene una importancia mínima, y que somos nosotros el centro del mundo, y eso que procuro respirar despacio y contar hasta cien, mientras miro los árboles por la ventana, todavía con las hojas verdes, pero ya con su corazón amarillo, antes  de contestarle una impertinencia, no porque no quiera, es que no tengo la lengua prestada, como decía mi bisabuela, una mujer de rompe y rasga, pero a la que me gustaría verla peleando con ciertas personas como este personaje, al que al final toreo como puedo y me lo quito de encima, mientras intento centrarme en lo importante y no en lo urgente, y abro el correo y veo un mensaje de un compañero que me da las gracias por mi trabajo y por mis ánimos para seguir adelante.

Y entonces el sol parece lucir un poco más, y entiendo que, quizá,  merece la pena que por un solo justo se salve Sodoma.....

Sed felices.

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