domingo, 13 de marzo de 2011

Si eres mujer de negocios, no sonrías...


Parece ser que sólo un quince por ciento de nuestros mensajes salen de nuestros labios.El resto depende de nuestros gestos, de la posición de nuestro cuerpo, de la dirección de nuestros ojos. Tanto es así que existen especialistas que dedican su vida a investigar este tipo comunicación no oral. Son muchos los campos en que se puede aplicar, pero es en la política y en los negocios donde tiene una especial relevancia.
Hay mucha información, ya sea escrita o visual. Incluso series de televisión como "Lie Me" (Miénteme) abordan el problema de la disfunción que existe entre lo que hablamos y lo que nuestros gestos y miradas dicen, llegando a reducirlo en su extremo a unos elementos que ya por su nombre, microexpresiones, nos hablan de su casi imposibilidad de captarlas.
Bien, pues parece ser que en este orden de cosas las mujeres también nos encontramos con alguna desventaja. Leía el otro día que en una reunión de negocios en la que una mujer quiera que un hombre cambie de opinión, no es conveniente que sonría mientras argumenta pues el contrario no entenderá que es simplemente una muestra de cordialidad, sino que hay una atracción física... me quedé perpleja. O sea que cuando he tenido la ocasión de discutir con contertulios masculinos, mientras yo aportaba datos o intentaba explicar un proyecto y se me escapaba una sonrisa, automáticamente el mensaje se convertía en "Oh, cuanto me gustas...".
El artículo era de una especialista americana, Patty Wood. Quiero pensar que su estudio, circunscrito a las vivencias yankies no es absolutamente extrapolable al comportamiento latino, como en tantas otras cosas.
Pero me da que pensar..¿Y a vosotros?
Sed felices.

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