Miro las nubes, grises, anchas, que cubren el rectángulo de mi ventana. Marzo se va despidiendo dejando tras de si viento y agua, como todos los años, a pesar de que a muchos les sorprenda. Un poco de esa grisura entra a través de mis pupilas, brillantes por la pantalla del ordenador. Suspiro y minimizo la ventana de Word, en la que se congela el documento que estoy escribiendo, a la espera de que mi afán, hoy tan gris como el cielo, acuda a rescatarlo. Entro en Youtube y busco esa caricia para mi mente que es el Canon en Re mayor de Pechelbel. Desde los primeros acordes mis poros se ensanchan para recibir esas notas que parecen fundirse en mis venas. Adoro esta pieza de música. Algo toca dentro de mí, algún resorte que aleja la tentación de la tristeza.
Canon en Re Mayor para tres violines y bajo contínuo... aquí os lo dejo. Cerrad los ojos e imaginad aquello que os hace dichosos, a quien os ama, sensaciones, sentimientos. Escuchad con el alma y respirad, respirad....
Sed felices
Enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=FUZui0ojYCs&feature=player_embedded
Buenos días Elena, es una de mis piezas preferidas, me gusta de vez en cuando y cuando tengo tiempo, sentarme tranquilamente y escuchar, sobre todo alguna banda sonora, ya que es el poder de la música que cambia por completo nuestras emociones del momento, habría que utilizarla mucho más.
ResponderEliminarGracias por la pieza.
Besos y abrazos para todos.
Gracias, Jero. Siempre es muy hermoso encontrar personas que comparten nuestros gustos y sensibilidades. Un beso.
ResponderEliminarDe Pachelbel a Chopin. Estoy seguro de que también te envuelve entre delicias y evocaciones el Nocturno nº2. Uno se aligera de peso y flota entre la densidad de los recuerdos.
ResponderEliminarSin lugar a dudas, Manuel. El Nocturno 2º es la música ideal para dejar volar la imaginación. Chopin, un copa de vino y buena compañía.
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