La atracción fatal de la polilla es esa fuerza que te lleva sin que puedas adivinar la causa, que te arrastra, sin que tengas el control, irremediablemente a cometer un acto que sabes definitivo, como se ve la polilla atraída hacia la lámpara, hipnotizada por la luz que la deslumbra.
Es una seducción inexorable que surge en un instante, de una voz, de un roce , de un momento y que temes y deseas a la vez, que te hace girar y girar obsesivamente cada vez más cerca, cada vez más cerca, sofocándote pero al mismo tiempo captándote con la promesa de alcanzar el brillo de las estrellas....
A veces me pregunto que sentirá esa infeliz mariposa, si es que puede sentir, en el corto vuelo hacia la bombilla, en la que seguramente encontrará su fin.
Quizá merezca la pena que, a pesar de la posibilidad de sucumbir, arriesguemos por el placer de recorrer el camino luminoso ante a la alternativa de la oscuridad.
Sed felices.
Una imagen preciosa. Sugerente, profunda, intensa.
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