domingo, 22 de abril de 2012

Pilar

Hay una escultura de la época helenística y que ha llegado a nosotros  a través  de una copia romana, que se denomina  "El Galo moribundo". Nos muestra a un guerrero herido de muerte, pero que que se mantiene erguido, valiente. Siempre me pareció, desde hace mucho tiempo, una imagen de la dignidad,  del valor que se demuestra en los momentos más adversos. Yo quiero hoy, esta noche, que cierra un día muy largo, dedicar esta entrada de mi blog a mi compañera, Pilar Jiménez, que hoy ha afrontado una situación muy complicada, muy difícil, con una gran templanza, con una gran dignidad. Yo lo sé, porque estaba con ella.
Quiero que sepa que, aunque tiene muchas virtudes: es trabajadora, tenaz, inteligente, hoy he admirado en ella, eso, la dignidad ante la derrota en una batalla en la que ella ha esgrimido las armas de la coherencia, la generosidad, la lealtad y una visión de futuro encomiable. Pero no pudo ser. Quizá por que nuestras naves no estaban todavía preparadas para luchar contra esos "elementos".

Hoy  mis palabras van  por ti, Pilar.

Y a los demás, sed felices.

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