Me siento hoy ante mi ventana con poca inspiración, cosa que no suele pasar muy a menudo, pero que a veces pasa. Esta costumbre de escribir en el blog cada dos o tres días realmente es por imposición mía, pero después de más de dos años haciéndolo, ya se ha convertido en un hábito y es como si me faltara algo si no lo hago. El problema se plantea cuando creo que no tengo nada interesante que contaros, algo que me está ocurriendo en esta ocasión. Podría recurrir al socorrido tema de los tiempos que estamos viviendo, con esta inacabable crisis, pero bastante "chapa" nos dan los medios de comunicación y los prójimos que nos rodean, para que venga yo a amargaros un sábado.
Quizá sea esta borrasca que está cruzando la Península Ibérica y que se me aparece tras los cristales de mi ventana vestida de nubarrones grises la que me produce estas bajas presiones mentales, con unas isobaras cerebrales tan apretadas que me impiden ofreceros hoy una entrada imaginativa y original. Y mira que lo siento, pero por más que me estrujo las neuronas como si fueran limones, no consigo ir más allá que sugerir esta metáfora borrascosa.
Menos mal que al igual que este fenómeno metereológico pasará -todo pasa y todo llega, ya lo dijo el poeta- este pequeño bloqueo también se evaporará y se despejará mi mente y entonces podré dar suelta a temas mucho más interesantes.
En fin, que no quería dejar de faltar a mi cita con vosotros, mis queridos y pacientes lectores, y aunque mi ofrenda de hoy sea vana, está como siempre llena de cariño y gratitud.
Que el fin de semana os reporte descanso, paz y amor y dejad que los problemas, como la borrasca, pasen.
Sed felices.
Quizá sea esta borrasca que está cruzando la Península Ibérica y que se me aparece tras los cristales de mi ventana vestida de nubarrones grises la que me produce estas bajas presiones mentales, con unas isobaras cerebrales tan apretadas que me impiden ofreceros hoy una entrada imaginativa y original. Y mira que lo siento, pero por más que me estrujo las neuronas como si fueran limones, no consigo ir más allá que sugerir esta metáfora borrascosa.
Menos mal que al igual que este fenómeno metereológico pasará -todo pasa y todo llega, ya lo dijo el poeta- este pequeño bloqueo también se evaporará y se despejará mi mente y entonces podré dar suelta a temas mucho más interesantes.
En fin, que no quería dejar de faltar a mi cita con vosotros, mis queridos y pacientes lectores, y aunque mi ofrenda de hoy sea vana, está como siempre llena de cariño y gratitud.
Que el fin de semana os reporte descanso, paz y amor y dejad que los problemas, como la borrasca, pasen.
Sed felices.
Pues de la falta de inspiración te ha salido una inspirada reflexión sobre la inspiración...
ResponderEliminarAgradezco tu benévolo comentario doblemente, por ser de quien es y por el mérito que me atribuyes. Un beso, Fernando.
Eliminar