Hace un tiempo que imagino un mundo al otro lado del espejo de la vida. Quienes me conocen saben de mi atracción por esos universos paralelos, que se encarnan en la literatura a través del libro de Alicia.
Necesito transportarme de vez en cuando a ese lugar para huir de la mediocridad y de la cutrez que nos rodea y que hastía cada vez más. Además, tengo la gran ventaja de que las reglas del juego las pongo yo.
Noto como si volviera a esos mundos imaginarios infantiles en los que las aventuras eran el centro de nuestra actividad y la cama se convertía en un castillo y unos visillos en un vestido de princesa.
Esta vez es la escritura la que me permite realizar ese pequeño milagro de ser capaz de aislarme de ese día a día en el que la desesperanza se instala como una emperatriz en sus dominios. Y entonces hago algo parecido a una diálisis anímica, que permite limpiar de deshechos mi espíritu. Sé que otros utilizan el deporte, la música, la fotografía..., para abrir las puertas a ese mundo mucho mas acogedor. Y lo sé porque no estoy sola en él.
Y en mi mundo, al otro lado del espejo brilla el sol, pero también llueve, y nadie se queja porque entienden que la lluvia es buena. Los programas culturales están en la franja horaria más importante, porque se sabe que la cultura nos hace mejores personas. Los libros están subvencionado y nadie los piratea, porque tenemos conciencia de que son bienes preciados. La solidaridad es el único artículo de la Constitución... Al otro lado, somos felices.
Y así, cuando vuelvo de este mundo ordinario estoy dispuesta a afrontar y a pelear para que un día ambos mundos sean uno.
Sed felices, aquí o allá...
Necesito transportarme de vez en cuando a ese lugar para huir de la mediocridad y de la cutrez que nos rodea y que hastía cada vez más. Además, tengo la gran ventaja de que las reglas del juego las pongo yo.
Noto como si volviera a esos mundos imaginarios infantiles en los que las aventuras eran el centro de nuestra actividad y la cama se convertía en un castillo y unos visillos en un vestido de princesa.
Esta vez es la escritura la que me permite realizar ese pequeño milagro de ser capaz de aislarme de ese día a día en el que la desesperanza se instala como una emperatriz en sus dominios. Y entonces hago algo parecido a una diálisis anímica, que permite limpiar de deshechos mi espíritu. Sé que otros utilizan el deporte, la música, la fotografía..., para abrir las puertas a ese mundo mucho mas acogedor. Y lo sé porque no estoy sola en él.
Y en mi mundo, al otro lado del espejo brilla el sol, pero también llueve, y nadie se queja porque entienden que la lluvia es buena. Los programas culturales están en la franja horaria más importante, porque se sabe que la cultura nos hace mejores personas. Los libros están subvencionado y nadie los piratea, porque tenemos conciencia de que son bienes preciados. La solidaridad es el único artículo de la Constitución... Al otro lado, somos felices.
Y así, cuando vuelvo de este mundo ordinario estoy dispuesta a afrontar y a pelear para que un día ambos mundos sean uno.
Sed felices, aquí o allá...
Los mundos lejanos son los que nos ayudan a vivir el día a día
ResponderEliminarson tan necesarios como comer y son en los que nos amparamos
para sacar de esta vida algo bueno -aunque sea difícil- sin nuestros
mundos que sería de este que vivimos.
Un fuerte abrazo y que tu ilusión y tu mirada al espejo siga tan
viva como nos la describes.
Mucha suerte con tu nuevo libro
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo soy una de esas personas que te encuentras en ese mundo que existe al otro lado del espejo. Desde niña, desde siempre... Ojala nuestros caminos se crucen en el.
ResponderEliminarSuerte con tu libro. Si nada lo impide, allí estaré.