Mientras trabajo, escucho la radio. Es una de las ventajas de tener el despacho en casa.
Y de nuevo, otra vez el estremeci miento al escuchar que alguien ha decidido acabar con su vida ante la situación de ser deshauciado.
Esto es algo que hubiera sido impensable que sucediera hace unos años, pero es que lo que estamos viviendo, esta situación demencial, está absolutamente fuera de toda lógica.
Mucha debe de ser la desesperación para que alguien quiera acabar con la propia vida- parace ser que los suicidios han superado a las muertes por accidentes de tráfico-, antes de verse tirado en la calle, ya no como un perro, que muchos quisieran vivir como viven algunas mascotas- entre ellas las mías- sino como un mueble, desprovisto de toda dignidad humana. Y van, y lo hacen.
Me gustaría saber que piensan los consejeros y directivos incompetentes de esos bancos y cajas de ahorro, esos que de una manera absolutamente criminal se han quedado con el dinero primero , y ahora con la vida de muchos, cuando oyen estas terribles noticias. ¿Se sentirán conmovidos? ¿Habrá algo en el fondo de sus conciencias que se remuerda, que se despierte de esa narcolepsia moral en la que viven? Me temo que no, porque no solo deshaucian pisos, ellos mismos hace mucho tiempo que han deshauciado de sus corazones la humanidad y la compasión al preferir un montón de ladrillos a la vida de un ser humano.
Hay días, como hoy, que la vida se tiñe con gris de la mezquindad y de la desolación.
Si podéis, sed felices.
Y de nuevo, otra vez el estremeci miento al escuchar que alguien ha decidido acabar con su vida ante la situación de ser deshauciado.
Esto es algo que hubiera sido impensable que sucediera hace unos años, pero es que lo que estamos viviendo, esta situación demencial, está absolutamente fuera de toda lógica.
Mucha debe de ser la desesperación para que alguien quiera acabar con la propia vida- parace ser que los suicidios han superado a las muertes por accidentes de tráfico-, antes de verse tirado en la calle, ya no como un perro, que muchos quisieran vivir como viven algunas mascotas- entre ellas las mías- sino como un mueble, desprovisto de toda dignidad humana. Y van, y lo hacen.
Me gustaría saber que piensan los consejeros y directivos incompetentes de esos bancos y cajas de ahorro, esos que de una manera absolutamente criminal se han quedado con el dinero primero , y ahora con la vida de muchos, cuando oyen estas terribles noticias. ¿Se sentirán conmovidos? ¿Habrá algo en el fondo de sus conciencias que se remuerda, que se despierte de esa narcolepsia moral en la que viven? Me temo que no, porque no solo deshaucian pisos, ellos mismos hace mucho tiempo que han deshauciado de sus corazones la humanidad y la compasión al preferir un montón de ladrillos a la vida de un ser humano.
Hay días, como hoy, que la vida se tiñe con gris de la mezquindad y de la desolación.
Si podéis, sed felices.
Querida amiga, te voy a hacer caso y ser feliz, respecto a lo de
ResponderEliminarlos desahucios qué decir, es la representación más negra
de la sociedad capitalista, incapaz de dar soluciones cuando
se trata de solidaridad.
Un abrazo.
Sí, Paco, sé feliz. Ser feliz en estos tiempos es, también una forma de rebeldía. Un abrazo.
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