Prepara la masa y la hornea a la temperatura adecuada.
Abre el bizcocho, con mucho cuidado, para que no se rompa.
Imagina su rostro.
Comienza a montar la nata, despacio, despacio, para que suba y se compacte y forme con el azúcar esa mezcla suave y dulce.
Siente sus manos.
Empapa con leche cada porción de tarta, para que esté jugosa y tierna.
Evoca su mirada.
Va extendiendo la blanca crema , cubriendo cada centímetro, con cuidado para no dejar ningún hueco.
Acaricia en su ensueño su cuerpo.
Y con una espátula, deja caer con cuidado el chocolate , para que forme una capa que lo envuelva todo.
Revive sus besos.
La tarta ya está terminada: bizcocho, nata, chocolate...
Y su recuerdo
Sed felices
Yo quiero un trocito de esa tarta, que si está
ResponderEliminarde buena, como amor se le ha puesto a su
preparación, debe estar para chuparse los dedos.
Un fuerte chocoooo, perdón, abrazo.
Pues reposando está. Luego te mando el trocito envuelto en un abrazo como este, Paco.
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