Mañana de Reyes.... Montones de papeles, cintas y cartones en el suelo, y en el aire. suspendidos, los ¡Oooh!! admirativos cada vez que se abre un paquete.
Ya son más de medio centenar de mañanas vividas y en las que los protagonistas han ido heredando la responsabilidad de ser ellos los transmisores de la ilusión.
Sentada en el sofá, contemplo embobada las manitas pequeñas de la niña , que nerviosas, rompen el papel, a pesar de las indicaciones de tranquilidad de su padre, y me parece mentira lo rápido que ha pasado el tiempo, un tiempo que, a pesar de todo, ha sido tan generoso conmigo, y recuerdo cuando era yo la que ayudaba a desenvolver los regalos a mis hijos.
De repente un clic suena en mi cabeza, igual que si un interruptor se hubiera encendido. Y mi mente se ilumina de una luz cálida y acogedora, una luz que pensaba ya olvidada, y que viene de las imágenes que son más añoradas y que amamos.
Mañana de Reyes, montones de papeles, cintas y cartones en el suelo..... Y el regalo más grande, los ojos de ilusión de Leyre.
Sed felices.
Ya son más de medio centenar de mañanas vividas y en las que los protagonistas han ido heredando la responsabilidad de ser ellos los transmisores de la ilusión.
Sentada en el sofá, contemplo embobada las manitas pequeñas de la niña , que nerviosas, rompen el papel, a pesar de las indicaciones de tranquilidad de su padre, y me parece mentira lo rápido que ha pasado el tiempo, un tiempo que, a pesar de todo, ha sido tan generoso conmigo, y recuerdo cuando era yo la que ayudaba a desenvolver los regalos a mis hijos.
De repente un clic suena en mi cabeza, igual que si un interruptor se hubiera encendido. Y mi mente se ilumina de una luz cálida y acogedora, una luz que pensaba ya olvidada, y que viene de las imágenes que son más añoradas y que amamos.
Mañana de Reyes, montones de papeles, cintas y cartones en el suelo..... Y el regalo más grande, los ojos de ilusión de Leyre.
Sed felices.
Tengo envidia sana, como sabes aun no tengo nietos, y la magia de la noche de Reyes no es la mismo, de cuando hay niños pequeños, el vino de los Reyes, la comida de los camellos en la ventana y como tu dices la mirada de Leire al ver los regalos no tiene precio.
ResponderEliminarBesos para la familia y para ti
Tienes razón, Mary, cuando vuelve a ver niños pequeños, revives esas sensaciones que, aunque no perdidas, si se han quedado en un rinconcillo de la memoria.
ResponderEliminarUn beso fuerte y a por el 2013!!!