sábado, 2 de febrero de 2013

Vivir el momento

Los sábados son días simpáticos. Nos levantamos con el optimismo del fin de semana recién estrenado y con la sensación de que tenemos por delante un montón de horas para llevar a cabo esos planes ideados durante la semana. Porque realmente nuestra vida se mueve dentro de una expectativa constante, como si se tratara de un peculiar juego de la oca, de ir de fin de semana en fin de semana.
No sé si por eso tenemos la sensación de que el tiempo corre tan deprisa. Y es que, en vez de disfrutar de los momentos que vivimos, aquí y ahora, intentamos bebernos a tragos y sin respirar los minutos y las horas, y si por nosotros fuera desearíamos que la semana quedara reducida a un pestañeo.
Hace unos días puse un post en mi muro de Facebook en el que decía querer un reloj que marcara momentos y no minutos. Y es que creo que esa es la verdadera medida del tiempo. Porque el tiempo es relativo, es dependiendo lo que yo quiera hacer con él y con quien quiera hacerlo.

Medimos nuestra vida unidades de tiempo, como si se tratara de algo capaz de ser mensurado, cuando simplemente es la suma de las experiencias acumuladas en esos instantes por los que transcurrimos.
En un lunes puede haber encerrado un momento inolvidable, en una sonrisa la esperanza de  una vida, en una mirada toda una eternidad.

Sed felices.



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