.... El amor, que hablar puede con los ojos
también puede besar con la mirada.
(G.A. Bécquer)
No me resisto al tópico. Y además, es imposible sustraerse a este día de San Valentín, en el que todo te recuerda que hoy debes sentirte más cerca del amor.... ¡Ay, el amor! Según Freud, una de las patas en las que se asientan todos nuestros impulsos: Eros, junto con Tánatos, la muerte.
Hablamos sobre el amor, escribimos sobre el amor, filosofamos sobre el amor, cantamos sobre el amor en un afán de llegar a entenderlo, de comprenderlo, cuando, bajo mi punto de vista, es totalmente incompresible. Sí, lo confieso, cada vez entiendo menos que es lo que nos impulsa a enamorarnos de alguien, de ese y no de aquel, de esta y no de esa.... Todos deseamos querer y sobre todo que nos quieran.
Ya, ya sé que podemos reducirlo a simples impulsos químicos, físicos, o elevarlos a concomitancias espirituales de almas afines, pero, al final, ves parejas que sobre el papel serían irreconciliables y en cambio siguen juntas, contra todo pronóstico, y en cambio otras, que parecía medias naranjas siguieron como mitades su camino.
Aunque, si tuviera que mojarme, diría que lo que llamamos enamoramiento es una mezcla de atracción física- sí, obviamente el sexo importa muchísimo- de unas características que suelen ser complementarias, junto con ciertos gustos afines. O, por lo menos, mi experiencia va en ese sentido.
Rodeados de corazones de peluche, ramos de flores y etiquetas de Te quiero, muchos habrán amanecido, con el dulce despertar de un beso. Pero no nos olvidemos que quedan por delante otros tresciento sesenta y cuatro días en los que también hay que demostrar ese cariño.
Por suerte o desgracia, el amor no entiende de calendarios.
Y hoy, sed felices un poquito más, aunque sea un tópico.
también puede besar con la mirada.
(G.A. Bécquer)
No me resisto al tópico. Y además, es imposible sustraerse a este día de San Valentín, en el que todo te recuerda que hoy debes sentirte más cerca del amor.... ¡Ay, el amor! Según Freud, una de las patas en las que se asientan todos nuestros impulsos: Eros, junto con Tánatos, la muerte.
Hablamos sobre el amor, escribimos sobre el amor, filosofamos sobre el amor, cantamos sobre el amor en un afán de llegar a entenderlo, de comprenderlo, cuando, bajo mi punto de vista, es totalmente incompresible. Sí, lo confieso, cada vez entiendo menos que es lo que nos impulsa a enamorarnos de alguien, de ese y no de aquel, de esta y no de esa.... Todos deseamos querer y sobre todo que nos quieran.
Ya, ya sé que podemos reducirlo a simples impulsos químicos, físicos, o elevarlos a concomitancias espirituales de almas afines, pero, al final, ves parejas que sobre el papel serían irreconciliables y en cambio siguen juntas, contra todo pronóstico, y en cambio otras, que parecía medias naranjas siguieron como mitades su camino.
Aunque, si tuviera que mojarme, diría que lo que llamamos enamoramiento es una mezcla de atracción física- sí, obviamente el sexo importa muchísimo- de unas características que suelen ser complementarias, junto con ciertos gustos afines. O, por lo menos, mi experiencia va en ese sentido.
Rodeados de corazones de peluche, ramos de flores y etiquetas de Te quiero, muchos habrán amanecido, con el dulce despertar de un beso. Pero no nos olvidemos que quedan por delante otros tresciento sesenta y cuatro días en los que también hay que demostrar ese cariño.
Por suerte o desgracia, el amor no entiende de calendarios.
Y hoy, sed felices un poquito más, aunque sea un tópico.
He seguido tu consejo y hoy he sido más feliz si cabe por eso
ResponderEliminarte condeno a que estos 364 días que restan seas tan feliz como
yo hoy.
Que así sea.
Un fuerte San Valentín. . . digo Abrazo.
Gracias, Paco y perdona el retraso en contestarte. Dulce condena a la que me sometes. Prometo que, por mi parte, me entregaré con denuedo a cumplirla. Un abrazo.
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