lunes, 11 de febrero de 2013

Sorpresa papal

Con esto de que es lunes, comienzo de semana y que sopla el  viento, las ideas a veces se dispersan y no acuden prestas como sería mi deseo. Pero, mira por donde, la actualidad siempre está ahí, para sorprenderte, como hoy, que nos presenta la dimisión del papa, a la que todos lo medios tachan de inusual. Porque es verdad, no es frecuente que un papa se vaya por voluntad propia, recalcando lo de propia, pues a más de uno le han ayudado a subir al lado de su antecesor, San Pedro, antes de lo que él pensaba.
Bien es verdad que los ochenta y seis años del pontífice serían razón más que suficiente para que se retirara comer sopitas y buen vino, como ese de consagrar que no está nada mal,  y además, que todo el mundo tiene derecho a descansar de sus pasos en la tierra. Pero sigo pensando que es extraño, por no decir inaudito el motivo.
Y no es que me preocupe en demasía, pues viendo los derroteros de la Iglesia Católico, solo podemos esperar a uno parecido o quizá peor, que siga mirando hacia otro lado o justificando entre líneas actitudes tan vergonzantes como la pederastia, mientras sigue a Dios rogando y con el mazo dando a la homosexualidad, el aborto o cualquier otro tema que les chirríe.
Pero no cabe duda de que es una noticia importante para muchos de los habitantes de este planeta que ven en la figura del papa la representación de Cristo en la tierra, a pesar de que si leemos los Evangelios el supuesto mensaje de aquel a quedado sepultado por siglos de actuaciones en pos del poder y la gloria y, últimamente, de atrincheramiento en un mensaje arcaico y retrógrado que en nada seduce.
En unas semanas, ese humo blanco que saldrá de la chimenea del Vaticano nos dirá quien ocupará la silla de Pedro. Y si Dios existe, ruego que escuche mis plegarias y que no elija a ninguno de la Conferencia episcopal española. Porque ya solo nos faltaba que, con la que está cayendo, Rouco Valera llegara a papa.

Sed felices

Imagen: Wikipedia

No hay comentarios:

Publicar un comentario