lunes, 2 de mayo de 2011

Tras el Día de la Madre... despacho, plancha, lavadora.


Vivimos en un mundo lleno de días homenaje a...Ayer , día 1 de mayo, coincidieron dos conmemoraciones, el Día del Trabajo y el Día de la Madre. Esta vez el calendario ha querido poner el foco en una realidad incontestable: si hay algo que caracterice a una madre es el trabajo que lleva a cabo.
Después de un día de flores, perfumes, tarjetas llenas de "Te quiero , mamá", hoy amanecemos con los mismos cestos de ropa para planchar, los informes para escribir, las clases para impartir y las comidas para realizar. Las madres actuales nos hemos convertido en unos todo terrenos que lo mismo cerramos una venta de acciones que quitamos una mancha de grasa de la mejor corbata de nuestra pareja. Y que decir de las abuelas, muchas de ellas puntales imprescindibles en la crianza de sus nietos.
No es que me queje, bueno sí, quizás un poquito. No digo que no sea agradable que durante un día te conviertas en la reina de la casa, con desayuno en la cama, sonrisas y regalos incluidos, pero sin duda me gustaría que ese ambiente se extendiera al resto del año, a los 364 días siguientes, en los que sigues siendo reina, pero a veces en el exilio.
Y a pesar de que mis hombres, no cabe duda, van tomando conciencia de que es necesario colaborar para que la cosa marche y lo hacen , todavía a ese cromosoma "Y" le falta un poco de iniciativa.
Sed felices



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