En psicología hay un término que se denomina aprendizaje vicario, que se realiza por medio de la observación. Es decir, prácticamente el aprendiz adquiere las habilidades por imitación del maestro.
Este tipo de aprendizaje conlleva situarse ante modelos de aquello que se quiere aprender. En esos casos necesitamos de ejemplos que tengan esos elementos, conocimientos o habilidades que necesitamos conseguir...
Pero, como todo, los modelos están sujetos a las modas. El héroe épico de la Edad Media ha dado lugar al deportista que bate al enemigo no en el campo de batalla, sino en la cancha y no se llama Amadis de Gaula sino Cristiano Ronaldo...Y la princesa rescatada por el caballero se transforma en la miss de turno o la cantante que aparecerá en las portadas de todas las revistas...
¿Pero que pasa cuando el modelo se transforma en reflejo no de valores sino de patrones de conducta rechazables? La influencia es la misma, y el aprendizaje igual. De tal manera que las modas se han convertido en eso, patrones de conducta que poco a poco han sido aceptados por la sociedad, se han dejado de criticar e incluso se justifican.
Todos y todas tenemos en la mente personajes televisivos que sin más mérito que su capacidad de insulto ocupan más minutos que cualquier médico, científico o escritor o deportistas cuyas marcas han sido conseguidas a base de sustancias dopantes. Y lo peor, aquellos que eran modelo de sensatez, ecuanimidad y responsabilidad, son eliminados por no ser interesantes.
Recordemos, sin ir más lejos, el caso de Iñaki Gabilondo...(¡Cómo te echamos de menos!)
Este post me lo ha inspirado un programa televisivo llamado Princesas de barrio, en el que se glosa la vida de varias muchachas...sinceramente no sé que interés puede tener conocer las andanzas de alguien que confiesa sin rubor que jamás ha leido un libro y que su objetivo en la vida es ser mileurista...¡Pues lo tiene para cientos de personas!
¿Será ésta una batalla perdida en querer recuperar aquellos modelos que han hecho que la humanidad prospere y avance? Depende de nosotros...
Sed felices.
Desafortunadamente, la TV es un potente instrumento en manos de actores muy habilidosos. Me he quedado atónita viendo como en mi entorno, caían personas que eran, para mí, referentes en los años de la transición. Cuando llegué a Madrid en el año 77, con 20 añitos y las ideas muy poco afirmadas, ellos influyeron y, a medida que me iba posicionando con más firmeza, políticamente, culturalmente, ideológicamente ellos (no son pocos) se dejaban arrastrar por "la ola". Siento mucha tristeza cuando recuerdo lo vivido juntos y veo la distancia que ahora nos separa. Ninguno de ellos ha sido nunca seguidor de Iñaki Gabilondo, ni de José Saramago, ni de Eduardo Galeano, ni de tantos otros... pero se las saben todas de la Esteban y otros personajes made in TV. Cuando llegan a casa, por la noche, "están tan agotados que no quieren pensar", sólo que se lo den hecho. Ellos se lo pierden pero lo podemos pagar todos, muy caro. Son un fácil ejemplo a seguir para la juventud. Ana.
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