Me he permitido la licencia de tomar prestado parte del título, para mi entrada de hoy, de la obra del mismo nombre del genial autor Luigi Pirandello (que recomiendo). Me parece adecuado, ya que quiero hablar de la relatividad de la realidad.
Si hoy le preguntarámos a diez personas que tiempo hace seguramente tendríamos diez opiniones difrentes: frío, fresquillo, fresco, calorcito....etc. No nos valdría ni siquiera coger un termómetro, ya que para mí lo que es frío, para otro no lo es. Creemos que la verdad es lo que percibimos. Pero es más, queremos que los demás lo perciban como nosotros y nos empeñamos en convercerles de que debe ser así.
¡Qué mal está todo! me dice una amiga, ¿Qué es todo?, le pregunto yo..!Pues, hija, todo!. Todo. Que yo sepa le va bien en el trabajo, está sana y en ese momento nos estábamos tomando unas cervezas... Ya, pero su percepción es que el desastre es general.
Lo siento...pero me niego a ver la realidad a través de ese cristal. Es más, me niego a que personas incapaces de percibir nada más que negatividad me acompañen en mi viaje. No quiero personas tóxicas que me quieren convencer de que cualquier esfuerzo es vano, porque de antemano perciben el resultado nefasto. Huyo de los optimistas bien informados...
No podemos desperdiciar ni un ápice de energía en aquellos cuya posición es estar toda la vida intentándolo sin decidirse ya.
Decia Henry Ford: "tanto si dices que puedes como que no puedes, tienes razón". Y yo añadiría: "Y hay que elegir. Y si eliges que no, no te quejes ni pretendas convencerme a mí que eso es la realidad. Es tú realidad, y bastante tienes con arrastrarla. Yo he decidido poder..."
Sed felices
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