lunes, 2 de diciembre de 2019

No se puede tener todo

Existen las dobles vidas.

Son dobles vidas que aparentan ante los demás lo que no son en realidad. Vidas que desde fuera se presentan brillantes, admirables, llenas de "glamour", pero que cuando nadie las contempla están llenas de sombras y oscuridad, de miedo y de temores. Ella lo sabía de buena tinta. Tal vez, porque el destino se cobra a su manera, y cuando le apetece, los regalos que da. 

"No se puede tener todo". se decía, cuando la angustia le cerraba el estómago y los ojos se le nublaban por las lágrimas. Porque a la postre ella no había pedido ni ser brillante, ni ser admirable, ni tan siquiera ser capaz de alcanzar lo que se propusiese. Todo eso no había sido, a la postre, más que una tabla de salvación de la que huir a menudo de una realidad gris y áspera,

No se quejaba de su vida a terceros, cómo hacerlo. Nadie la entendería, y de ello era la única responsable. Había vivido siempre esa doble vida de no dar cuartos al pregonero, de no admitir las tristezas, de no consentir la conmiseración. Su orgullo, quizá malentendido, le hacía levantarse cada día y afrontar esa dualidad vital.

Pero los años no pasan en balde, y ya su corazón ansiba reposar en la única vida que realmente había perseguido. Ser comprendida, querida... Encontrar el reposo en quien ella quería, pero que no sabía quererla, y que al final, había desgastado su amor como una pastilla de jabón entre las manos.

Ella, tan amante de la cultura clásica, recordaba la leyenda de Alejandro de Macedonia, a quienes los dioses le dieron a elegir entre la gloria y una muerte prematura, o una larga vida oscura. Murió a los treinta y dos años y paso al Historia como el Magno. No se puede tener todo.

Miró por la ventana. El sol había ganado la partida y engañaba coqueteando con el frío. También a su corazón le faltaba el calor. No obstante, un día más, jugaría a ser esa otra, era su destino, el que ella había asumido, en la certeza  de que no se puede tener todo.

Sed felices.

2 comentarios: