martes, 29 de enero de 2019

¿¿Suerte?? No, gracias

Sï, yo también creo que soy rara... Pero a estas alturas de la vida lo que más me puede cansar es el simple pensamiento de cambiar algunas cosas tan arraigadas en mí.

Una de ellas es que no creo en la suerte: nada, nada, en absoluto, pero vamos, que ni un poquito. Solo en el azar.

No he jugado nunca a la lotería primitiva, una o dos veces a las quinielas, y en lo que más he llegado de arriesgar es en el bingo casero de Nochevieja. Juego a las cartas, en las que el azar necesita de la estrategia para ganar. Sin duda que el azar juega cuando se trata de salga un número y no otro, pero para que suceda, como ese Dios del chiste, hay que comprar el décimo.

No creo en la suerte porque no me gusta dejar el éxito o el fracaso en manos de una entelequia que no tiene lugar en donde ubicarse. Siempre he querido pensar que las posibilidades estaban de mi lado y que de alguna manera si no conseguía lo que quería no dependía de la suerte, sino de mi habilidad o mi esfuerzo.

Pero, por supuesto, no quiero que se mal interprete. Me parece estupendo que haya quien cifra el posible cambio de vida en unas bolitas con unos números marcados. Únicamente digo que YO no creo en la suerte.

Pondré un ejemplo: es muy normal que te deseen suerte cuando vas a presentar un libro. ¿Suerte? Para que venga gente a la presentación habrá que haberla movido, elegido un día adecuado, interesado previamente; para que el libro se venda ha de estar bien escrito, ser interesante. Es decir, no hace falta suerte, sino un trabajo previo.Por que si ciframos a la suerte le éxito o el fracaso jamás nos daremos cuenta de lo que hacemos bien o mal.

Las circunstancias, ya dijo Ortega y Gasset, acompaña a nuestra persona, y debemos asumirlas y utilizarlas para que sean lo más positivas posibles.

Aliarse con la suerte es hambre para mañana. Aunque nos empuje de manera engañosa pensando que algún día llegará su beso. Mientras las calles se llenan de casas de apuestas, la televisión e internet de juegos on-line, cuyos dueños saben que su triunfo no es fruto de la suerte sino de la capacidad de manipularla.

Sed felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario