sábado, 17 de septiembre de 2016

¿Renuncia al sexo?

Me llega mientras desayuno desde el muro de mi amigo Carlos del B. Iglesias, bloguero atractivo e ingenioso, autor de la original novela "La sonrisa del melón" (un poquito de publicidad, que está promocionando su novela) una noticia que habla de que más de un millón de personas en España son vírgenes sexualmente (lo aclaro, aunque parezca redundancia, porque hay más que lo son intelectualmente), algunos a la espera del tálamo nupcial, en el que sueñan con la también pureza de su cónyuge; otros porque no tienen en absoluto interés por el sexo, incluso demostrando cierta repugnancia por él. Aunque no es lo mismo el que practica la abstinencia al que se declara asexual, la verdad es que en ambos casos el resultado es la renuncia al sexo.


Siendo respetuosa con todas las opciones respecto a loys asuntos "íntimos", la situación no deja de sorprenderme. Tanto como la de quienes ven en el sexo un recurso para soportar la vida y se van tirando a todo lo que se mueve. Ambas cosas me chirrían un poco.

Porque aún estando de acuerdo con ciertas apreciaciones -el mismo Nietzche dijo que "el sexo era una trampa que pone la naturaleza para no extinguirse"-no cabe duda de que es bastante "agradable" su práctica en la mayoría de las ocasiones (no voy a entrar en la habilidad de los practicantes) , más allá de seguir el mero instinto de la perpetuación de la especie.


Epítetos como asqueroso, irracional o animal que he podido leer en dicho reportaje atribuidos a las prácticas sexuales me hace reafirmarme en que algunos siguen ciñendo la sexualidad al pequeño ámbito de los genitales, lo que, sinceramente, lo convierte en algo de muy cortas miras.Tampoco entiendo que haya que esperar a firmar un contrato para que con ese requisito legal ya uno admita la lujuria y abandone definitivamente las duchas frías.

Bastante tiene el ser humano con que la propia naturaleza, otrora aliada en esas lides, decida con el paso del tiempo retirarnos las fuerza, aunque a veces nos deje las ganas, para que, además, le pongamos nosotros zancadillas.

Sed felices.

2 comentarios:

  1. La naturaleza va limando el cálido transitar de las hormonas y hay que dejar que ellas descansen con ciclo natural, sin reducciones ideológicas de uno de los placeres más gratos de la existencia. Como decía el torero: "Hay gente pa tooo", pero la rareza es siempre rareza. Así que un poco de sexo, por favor... Abrazos cordiales, con tacones de otoño.

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    1. Un gusto leerte por aquí, amigo. Muy de acuerdo contigo. Un abrazo.

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