domingo, 6 de octubre de 2013

Tiempo de escritura

"Una mujer para escribir solo necesita dos cosas: dinero y una habitación." (Virginia Wolf)

Y tiempo, añadiría yo...

Comentaba el otro día con mi amigo Fernando López Guisado, excelso poeta y compañero en la escuela literaria Letras Vivas, sobre el secano creativo en que me encuentro y que, parece ser, compartimos. Según me cuenta Fernando, él tiene muy mosca al busto de Lovecraft, al que solamente hace caso para quitarle el  polvo que se acumula de una mala manera.

Tal vez sea porque la creación solo nace del sufrimiento o del relajo más absoluto, y este tiempo de idas y venidas y de puesta en pie de tantas cosas, está sembrando de sal mis neuronas.

Busco y rebusco y vuelvo a rebuscar las ideas, hasta que alguna asoma, tímidamente en esta mañana de domingo. Abro el ordenador y pongo en pantalla una de mis próximas novelas, leo lo hasta ahora escrito e intento avanzar... Mente en blanco.

¿Seré yo escritora de un solo título? Esa pregunta emerge desde las profundidades de mi cerebro y me causa mucha, pero que mucha inquietud. Luego, para relajarme, pienso que quizá esté cansada, que el ambiente ahora no sea el más  propicio o que deba madurar un poco más mis proyectos. Los que me rodean me dicen que no me estrese, que me de tiempo... Tiempo, eso es lo que necesito.

Salgo a dar un paseo: quizá el viento, que hoy llega norteño y  mas  frío, remueva un poco las telarañas de mi creatividad. El sol ilumina de una manera esplendorosa este paisaje tan familiar y a la vez tan cambiante, ya vestido de amarillo. Imágenes, conversaciones, situaciones se van colocando en esa habitación que es la imaginación El puzzle comienza a tomar forma. Aprieto el paso, necesito llegar para comprobar si la idea funciona.

Vuelvo a estar frente al ordenador, tengo el borrador de la nueva novela ante mis ojos, Mis dedos empiezan a moverse en el teclado y las frases, los párrafos, la escritura, al fin, fluyen de mi cerebro a la pantalla del ordenador. Leo lo que hasta ahora he escrito, dándome cuenta de que no está mal, nada mal. Respiro... ¿Habrá esperanza?

Sed felices.


3 comentarios:

  1. Tiempo es lo que nos hace falta a todos. Una vez, en una noche lluviosa, estaba yo tomándome una copa y escuchando un blues; ocho años después escribí un relato a partir de ahí. Otra vez, cogiendo el metro en Barcelona, me pregunté dónde habría ido toda la tierra extraída para construir la estación, y en este caso el texto tardó diez años. No todos mis textos se han hecho esperar tanto, desde luego, la mayoría ha sido cosa de unos días o unas semanas, pero el problema del tiempo ahí está.
    Como dice esa greguería de mi compañero y tocayo Javier Olivar: "Nadie se ha encontrado nunca el tiempo que otro ha perdido". No deja de ser una pena.
    Buenas noches.

    ResponderEliminar
  2. Buenas noche, Javier. Sí, estaría bien poder encontrar el tiempo que otros no aprovechan. Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Aún con el tiempo, cuando la cabeza se ofusca y la idea no viene, uno se siente como si no hubiera tomado All Bran. Es como estar rodado de agua salada y muerto de sed.

    ResponderEliminar