martes, 10 de marzo de 2020

MURALLAS DE PAPEL HIGIÉNICO

No tengo miedo, estoy indignada. Y siento una impotencia enorme frente a una situación que se nos está escapando de las manos. Los mensajes apocalípticos ya han tenido como consecuencia las reacciones de pánico, ante lo que no es causa. ¿Qué sociedad es está que esquilma los comercios presa de un  miedo irracional?

Aunque a nadie nos guste la enfermedad, por supuesto, (esto es una verdad de perogrullo), los virus conviven con nosotros desde que el mundo es mundo, y la mortalidad es la única certeza que, como seres humanos, tenemos.

Nuestro cuerpo, esa maravillosa máquina, con ayuda de la medicación o solo, es capaz de enfrentarse a los contagios y superar la batalla contra estos seres microcóspicos. Y esta vez no va a ser menos. Pero para lo que nuestro cuerpo y mente no está entrenado es para padecer durante semanas titulares alarmantes, escalas de contagios y cifras de muertos, sin solución de continuidad. Todo vale para mantener los índices de audiencia y los clics.

Esto no es una pelea contra el CORVID-19, es una pelea para no perder el norte y la serenidad. Y en este momentos, muchos, la han perdido. La imágenes de los supermercados me han puesto los pelos de punta, más que las cifras de contagios. ¿Qué sentido tiene comprar decenas de papel higiéncio? ¿Alguien ha hablado de desabastecimiento? Personas que hasta ahora las tenía como sensatas elevan a la enésima potencia la catástrofe.

Y por si fuera poco señalan que la situación bursátil  es igual que cuando la caída de Lheman Brothers, sabiendo que ni las causas, ni el tipo de producto es el mismo. Pero da igual, hay que mantener a la gente hipnotizada ante la TV y con el dedo en el ratón.

Quizás ahora sea el momento de recordar que en Madrid hay cantidad de hospitales con plantas cerradas, con falta de personal, gracias a la política de Partido Popular y adláteres, que en este momento paliarían el riesgo de colapsar el sistema si aumentan los enfermos.  Es mejor amendratar a la población para que se pertrechen en sus casas tras una muralla de papel higiénico.


Estoy absolutamente desconcertada, porque mi capacidad de comprensión se ha visto superada. Pero una vez más me aferro a la idea de que pasará, como tantas cuestiones han pasado. Las vacas locas, la Gripe A, la Gripe Aviar.... 

Pero, igual que entonces, no aprenderemos...

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