Eso sí, todos y cada una de los diputadas y diputadas de la derecha y más allá cobrando su sueldo religiosamente para no hacer lo que deben hacer, que para eso se les ha elegido, control, que no derribo, al gobierno, e iniciativas para mejorar la vida de las personas.
Ya se les han olvidado
los muertos por la pandemia. El día a día marca su psicótico calendario de agravios: un
día son los agricultores, otro día son los guardias civiles, España se hunde, el paro aumenta.. No importan los datos, solo derribar al Gobierno.
Es esta derecha tan inútil que acaba, ya lo he dicho muchas veces, como al Coyote de los dibujos animados: todas las trampas que pone al Correcaminos se vuelven contra él. Pero como el tonto que sigue la linde, se acaba esta y ellos no se apean del burro, machacando con los espantajos del socialcomunismo y de la dictadura democrática, y sobre el todo el "sanchismo", porque odian más a Pedro Sánchez que Viriato a los romanos.
En política se puede
tener la ideología que la ley te permita, y blasonar de ella, pero lo que no se
debe por respeto a los votantes es resultar total y absolutamente inoperante.
De ahí mi observación respecto a la frustración . ¡Ah!, me diréis mis queridos
lectores, el PP está subiendo en las encuestas. Cierto, porque todos los
partidos tienen una fidelidad casi filial que hace que antes de que gane el
enemigo prefieren seguir al lado de los suyos, aún a sabiendas de la inutilidad
de su voto. Y sipara eso hay que estar falseando datos o lanzando bulos, jaleados por la prensa y medios a sueldo, pues apaga y vete.
Sobre todo ello, como un faro engañador que arrastra los buques hacia las rocas Isabel Díaz Ayuso, que se mueve como un ventrílocuo con la larga mano de
Aznar, que ahora está resultando un fiasco, sin popuestas, sin soluciones, simplemente señalando su delirante visión de lo que es el Madrid de cañas y tapas, de una Libertad que nada tiene que ver con derechos ni deberes.
No se trata de hacer desaparecer a la derecha. Se trata de que la derecha no haga desaparecer la dignidad de la democracia. De los otros, de los que representan el más allá, del más allá, no hablo. ¡Para qué!
No hay comentarios:
Publicar un comentario