Dice una entrañable poeta, de gran experiencia, que en la actualidad hay demasiados escritores de poemas pero poca poesía. Tal vez tenga razón, las redes sociales nos han permitido abrir al mundo la creación, lo que es bueno, pero con muy pocos filtros, lo que es malo.
En fin, permitidme, mis queridos lectores que os deje alguna reflexión sobre la poesía, mejor dicho, ocurrencia, porque surgen a bote pronto como un relámpago.
La voz del alma habla el lenguaje de la poesía. Por eso no hay nada que entender en un poema, sólo sentir.
Ser poeta es mirar el mundo desde un punto de vista en el que la sensibilidad ha educado los ojos.
El poeta traduce la abstracción de la belleza a la realidad de la palabra.
Todo poema tiene eco:
las emociones que provoca sin que importe la intención del poeta.
No existen poemas malos: si son malos no son poemas.
·
Dentro de muchos
existe un poeta: solo unos pocos desnudan el alma para mostrarlo.
Tal vez la poesía existe para poder acariciar en la distancia.
La poesía está en todas partes, en lo mínimo y en lo inmenso. Solo hay que sentirlo.
Un poema se transforma a los ojos de cada lector: mantiene las palabras pero varía su significado.
Y de pronto, alguien, suavemente, como la brisa,
se mete por un rincón tu alma como si fuera un poema, y lo llamamos amor.
(c) Fotografía Elena Muñoz
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