lunes, 7 de octubre de 2019

Lágrimas de rabia

A veces pienso si lo que hago, que intento sea coherente con lo que digo, servirá de algo.

Empiezo a no reconocer muchos y a muchos de mi entorno. Personas que han sido parte de mi vida, desde hace más de cuarenta años y que hora justifican lo injustificable, y se unen a quienes han hecho de la mentira su bandera, aunque ellos quieran defender la roja y gualda.

¿Qué hemos hecho mal los demócratas? ¿Por qué nuestro mensaje se entrella, una vez y otra, contra el muro de la falsedad y la difamación? ¿En que momento perdimos la capacidad de llegar a quienes necesitan de sus derechos y, sin embargo, siguen a los que enarbolan un nacionalismo trasnochado y sin futuro?. Sé dónde estoy, pero a veces dudo de para qué, si no soy capaz de traspasar a quienes dicen respetarme e incluso admirarme el mensaje de justicia e igualdad.

Hoy he tenido que contener lágrimas de rabia al ver las imágenes de VOX en Vista Alegre, sabiendo que una de las personas queridas por mí, amigos desde la adolescencia, estaba allí. Desconocía que era militante de esta formación ultraderechista. Cuando me dijo que había venido desde su lugar de origen a Madrid para asistir a ese "circo" no me lo podía creer. Intento justificarlo por el cansancio, por la necesidad de encontrar respuestas a una persecución que sufren por parte de otros fascistas ultranacionalistas... Pero cuando colgué el teléfono sentí que algo se rompía dentro de mí.

Él sabe que soy socialista, y tras una amistad de más de cuarenta años, nada de los valores que a ambos nos han unido en una estrecha amistad han servido para nada. Siento, como en la canción, el corazón partido entre mis principios y mi amistad.

Porque no es cierto que la política no debe romper las amistades cuando la amistad ha de basarse en valores que para mí son irrenunciables. Espero y deseo que cuando Santiago Abascal defendiera y llamara "españoles" a los violadores de la Manada mi amigo sintiera vergüenza de encontrarse allí.

No obstante, hoy siento que mucho de mi esfuerzo se ha convertido en agua derramada en un cesto. Y me siento cansada, y no puedo contener las lágrimas llenas de rabia e impotencia.

Sed felices por mí.

1 comentario:

  1. De una ultraderechista te digo que no sufras porque no estamos tan lejos como parece. Un beso

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