Hace ya más de tiempo, en un taller de empoderamiento de la mujer impartido por una amiga, psicóloga argentina surgió una curiosa pregunta: ¿si la vida, la familia, fuera como un partido de fútbol, qué papel jugaríamos las mujeres?
Las opiniones que se lanzaron fueron varias, mayoritariamente acerca que la función más adecuada que veíamos era la de árbitro.Sonriendo, la moderado nos miró y contestócon ese acento tan peculiar: "no sos el arbitro no, sos el balón".
Cierto. Las mujeres somos el balón en un partido metafórico, un objeto querido por todos pero que queda en un rincón cuando no se nos necesita para seguir jugando.
Ya, ya...Veo cejas enarcadas y miradas suspicaces por parte de algunos de mis lectores y, tal vez, de algunas de mis lectoras, que no están muy de acuerdo con mi planteamiento. Es posible, no hay verdadades absolutas, pero sí puedo decir que esta que os escribe si se ha llegado a sentir as, como un balón en ocasiones, cansada de "jugar" en ligas, en Champions y en mundiales, en un agotador "correveidile", en una bipolar relación de necesidad y olvido.
No es fácil ser balón, ser necesitada en un momentoy en cambio en otros practicamente ser ignorada en algunos aspectos. Y es que durante mucho tiempo el confinamiento de la mujer a tareas concretas que posteriormente a tenido que combinar con otras responsabilidades la ha hecho imprescindible (un partido de fútbol no se puede jugar sin balón) pero con un reconocimiento utilitario.
Yo quiero hoy, último domingo de marzo, mes dedicado a las mujeres, dejar una pregunta: ¿alguno o alguna de nosotras seríamos lo que somos sin las mujeres que nos han acompañado, cuidado, aconsejado, enseñado y amado en nuestra vida?
Sed felices.
Las opiniones que se lanzaron fueron varias, mayoritariamente acerca que la función más adecuada que veíamos era la de árbitro.Sonriendo, la moderado nos miró y contestócon ese acento tan peculiar: "no sos el arbitro no, sos el balón".
Cierto. Las mujeres somos el balón en un partido metafórico, un objeto querido por todos pero que queda en un rincón cuando no se nos necesita para seguir jugando.
Ya, ya...Veo cejas enarcadas y miradas suspicaces por parte de algunos de mis lectores y, tal vez, de algunas de mis lectoras, que no están muy de acuerdo con mi planteamiento. Es posible, no hay verdadades absolutas, pero sí puedo decir que esta que os escribe si se ha llegado a sentir as, como un balón en ocasiones, cansada de "jugar" en ligas, en Champions y en mundiales, en un agotador "correveidile", en una bipolar relación de necesidad y olvido.
No es fácil ser balón, ser necesitada en un momentoy en cambio en otros practicamente ser ignorada en algunos aspectos. Y es que durante mucho tiempo el confinamiento de la mujer a tareas concretas que posteriormente a tenido que combinar con otras responsabilidades la ha hecho imprescindible (un partido de fútbol no se puede jugar sin balón) pero con un reconocimiento utilitario.
Yo quiero hoy, último domingo de marzo, mes dedicado a las mujeres, dejar una pregunta: ¿alguno o alguna de nosotras seríamos lo que somos sin las mujeres que nos han acompañado, cuidado, aconsejado, enseñado y amado en nuestra vida?
Sed felices.
Respondo No,no seria nada sin la mujer,por la vida de cada hombre hay varias mujwres que van influyendo en su vida,todo ello desde que nacemos.
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