lunes, 2 de enero de 2017

Matilde

No era esta la entrada que tenía preparada para hoy.

Hoy, primer lunes de enero y del año recién estrenado quería haber hablado de buenos propósitos, de lo maravilloso que ha sido celebrar el día de Año Nuevo con Martina, recién llegada a la familia,  que llenó con su pequeña presencia la comida familiar.

Pero una realidad terrible se me ha cruzado en este camino de fiestas y festejos. Y esa realidad tenía un nombre: Matilde.

Matilde era una mujer joven, vecina de mi municipio, Rivas Vaciamadrid, cuya vida ha sido cercenada por el filo de un cuchillo empuñado por quien decía amarla. Matilde murió cuando amanecía 2017 a manos de su pareja. Matilde es la primera víctima de la violencia machista del nuevo año.

¿Qué decir que ya no se haya dicho? La necesidad de proteger a las mujeres en riesgo; la obligación de la sociedad de colaborar en la denuncia; la voluntad de erradicar, educando, esta lacra que parece no tener fin.

Esta mañana pensaba en mis sobrinas, en mis nietas y en mi propia realidad. Mujeres que nos hemos educado, que nos estamos educando en familias en las que la igualdad es un hecho de derechos y deberes. Pensaba en mis hermanos, en mis hijos, en mi pareja. ¡Qué distinto a esos roles machistas que llevan a cabo acciones tan deleznables!

En verdad, mis queridos lectores, no era esta la entrada que quería escribir, pero valga estas pocas letras para poner un pequeño foco -nuevamente y por enésima vez- en esta situación que espeluzna por venir de quien se supone ama.

No conocía a Matilde, a pesar de ser vecinas: unca hablamos, nunca coincidimos. Pero hoy ella está en mi corazón, como en el de tantas personas de bien. Descanse en paz.

Sed felices.

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