
Estoy en mi estudio trabajando en la campaña electoral. La verdad es que desde hace dos meses parece que el universo se ha parado para solo centrarse en candidaturas y elecciones. De repente mi mirada se detiene sobre dos pisapapeles, dos piedras de colores que mis hijos me decoraron de niños, hará unos veinticinco años, como regalo de otro día como hoy y que siempre he guardado como un tesoro.
¡Qué deprisa pasa el tiempo! Hoy ya soy la madre y la abuela, sin que nadie haya ya delante mí, muy a pesar mío. Eso me causa un pellizco en el corazón, aún a sabiendas de que es ley de vida, de esa vida que siempre he amado, porque me enseñaron a hacerlo y porque soy agradecida.
Seguiré guardando esas piedras de colores, recuerdo de esos niños, hoy dos hombres maravillosos, que valoran la familia por encima de todo, trabajadores y honestos, que me quieren y respetan, y me apoyan en todo lo que hago, siendo consciente de que yo nunca he sido una madre corriente.
Para mí eso es el mejor regalo.¡Qué más puedo pedir!
Feliz Día a todas, en presencia y recuerdo. Feliz día, mamá, dónde quiera que estés.
Lunes, 6 de mayo.
ResponderEliminarEl tiempo pasa muy rápido.
Un ser querido se quedó en el camino.
Hoy sería su cumpleaños.
¡Felicidades!