domingo, 19 de junio de 2016

Cansada

Empiezo a sentirme muy cansada. Cansada de debatir, de discutir, de justificarme, de intentar comprender. Cansada de que sea tan difícil hacer entender que no se puede ir  quedándose siempre en medio, estorbando, sin entrar ni salir. Cansada de no comprender por qué se prefiere que elijan por nosotros a nosotros decidir. Cansada de que el trabajo de años se cae como un castillo de naipes por el soplo oportunista de quienes oyen pero no escuchan. Cansada, en resumidas cuentas, de sentir que una mentira vale más que mil verdades.

Miro a mi alrededor y en ocasiones el mundo se me aparece como algo que no tiene ningún sentido. Valores que para mí han sido fundamentales se van desvaneciendo en palabras gruesas, teorías kafkianas y dogmas tan insólitos que el de virginidad de María aparece como asumible.

En serio, mis queridos lectores, empiezo a sentirme muy cansada de reconstruir a diario la fortaleza de mis propias convicciones, de seguir creyendo que el bien de todos es mi propio bien, cansada de no caer en la tentación de tirar la toalla de mi esfuerzo en colaborar en la mejora de lo que me rodea. Cansada de rechazar una y otra vez la tentación de retirarme para siempre a mis cuarteles de invierno y vivir egoístamente mi propia vida.

Pero sé que, por que siempre ha sido así, después de un tiempo en el que lameré mis heridas de decepción y rabia en silencio volveré a esta carrera de fondo que siempre ha sido mi vida, entre realidades e ideales, y buscaré otra causa y otra meta. Solo así me siento viva.


Sed  felices.

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