sábado, 25 de junio de 2016

La mala memoria. (Resumen de una campaña)

Si algo ha caracterizado esta campaña electoral del 26J es la mala memoria de algunos candidatos y de sus votantes, que en muchos casos se trata de gente joven que no deberían de sufrir de estos transtornos, más propios de yayos en edad provecta.

En cuestión de pocos meses, o incluso semanas, se han olvidado de lemas, de señas, de símbolos que los ha marcado durante mucho tiempo.Incluso de lo que defendieron o rechazaron en la campaña anterior. Claro, París bien vale una misa, o, mejor dicho, un escaño bien vale sufrir una amnesia total mientras se reza para que los posibles votante puedan comulgar con ruedas de molino.

Valgan algunos ejemplos. Podemos, el partido revelación desde hace un año, pone en valor y en su página de Facebook de Madrid, la memoria de 1982, el cambio de entonces, pero se olvida de decir que el artífice de todo eso fue el PSOE.

IU, la fuerza convergente, de pronto no recuerda cuáles fueron sus señas de identidad durante años, su razón de ser:  la bandera republicana, la bandera del PCE, uno de sus avalistas más importantes y que tanto hicieron por la transición.

Ya nadie de estos partidos recuerdan las flores echadas los unos a los otros, en los que se llamaban tristes o miembros de una secta. Al limbo ha ido a parar "la casta", el "PPsoe" o "Psoe y PP la misma mierda es".

Vídeos defendiendo el chavismo, el régimen de Irán, diciendo que eran marxistas, comunistas, asaltantes a los cielos, salidas del euro y Europa se han ido diluyendo como azucarillos en ese café almibarado con el que poder tragar la amarga píldora de se única y exclusivamente una franquicia del PSOE. Y por último pasar, como si no hubiera ocurrido jamás, sobre el hecho de provocar unas nuevas elecciones por cerrarse en banda ante un pacto de progreso- que en ningún caso leyeron y que bastó con una confusa pregunta para tumbarlo-, y tranformarse, en una metamorfósis que ya quisiera la rana o la mariposa, en la nueva socialdemocracia.

Claro, que en el otro lado también se las trae tiesas. Podríamos disculpar, entre comillas, la mala memoria de Rajoy porque ya va para jubileta, pero que el PP nos quiera vender cuatro años de desastres, de recortes, de inercia pura y dura, rematada por la inacción de no presentarse como candidato, siendo el partido más votado, es ya el colmo de los colmos.

Y ambos. PP y Podemos,  tendiendo la mano al mismo partido que ambos han intentado estrangular en cuanto han visto el mínimo resquicio.

Como ya he tenido ocasión de comentar, he trabajado en esta campaña mucho, muchísimo. Sobre todo porque ha sido en muchos momentos como darse contra una pared, ya que aunque les pusieras a los seguidores de estos partidos amnésicos frente a la realidad de unas declaraciones, de unas imágenes, la reacción ha sido como si eso no hubiera pasado jamás, como si el eliminador de los hombres de negro hubiera sido utilizado en la memoria de todo el  colectivo.

Por suerte otros gozamos de buena memoria. Jamás haré con mi voto presidente ni a un mentiroso, que ha insultado, vejado, traicionado a quienes como yo hemos defendido las libertades, que ha negado hasta de sus principios, como tampoco a un inútil que ha sido incapaz de afrontar la corrupción en su partido y deja un país lleno de injusticia y desigualdad.

Mis queridos lectores, cuando el resultado de las urnas, en unas horas,  nos arrojen de una vez los datos reales, esta escritora los acatará democráticamente, como no puede ser de otra manera. Pero me guardaré
un cartucho en la recámara de mi memoria, que es muy buena. Y en unos meses no evitaré decir: "Ya os lo dije".

A votar!.... Y sed felices.






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