Una nueva entrega de un resumen de mis reflexiones con las que doy los buenos días.
Si una imagen vale más que mil palabras, una sola palabra provoca mil emociones. Y todas están en los libros.
Las páginas de los libros tienen voz propia compartida con
el escritor y el lector.
Conservo en mí una parte de ese pequeño mundo que fue mi
infancia y al cual retorno cuando todo se vuelve áspero y ajeno. Entonces me
encuentro con la niña que fui y entiendo mejor la mujer que soy.
Si una imagen vale más que mil palabras, una sola palabra provoca mil emociones. Y todas están en los libros.
Antes de quejarte de la lluvia piensa en la sed.
Me desperté con una inmensa e inexplicable resaca de
emociones. Y entonces recordé la borrachera de poesía de la noche anterior.
La impaciencia hace que lleguemos a lo deseado habiendo
desgastado buena parte del deseo.
No hay medicamento de más amplio espectro para curar los
males del alma que un abrazo.
Con los silencios se escuchan mejor las miradas.
Más vale un “lo haré “ que cien “lo intentaré”. Nada
desgasta más a propios y ajenos que la intención incumplida.
Las palabras forzadas para construir malos poemas chillan y
se retuercen buscando como huir de los pésimos versos que las encadenan.
Sed felices.
Sed felices.
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