sábado, 30 de agosto de 2014

Frío y desolado regreso

Contempla el desolado panorama;  tan vacío como el más profundo de los desamores. Frío y hueco, sin apenas restos de vida. Sólo observa aquí y allá vestigios  de lo que alguna vez fue frescor  y que ahora muestran un aspecto arrugado, retorcido, cubierto de un moho que ha transformado todos los colores en pardos y ocres.

Restos de plástico  y de materia orgánica  completan este bodegón post apocalíptico.

Con un suspiro de aceptación cierra la puerta.

Camina despacio, resignada a un destino insoslayable. Del armario del hall saca el carrito de la compra rendida a la evidencia: tiene que ir al súper, tiene que abastecer el frigorífico que muestra ese aspecto tan devastador.

Un año más tiene que cumplir con ese rito que marca, indefectiblemente, el fin de las vacaciones.

Sed felices.

sábado, 16 de agosto de 2014

Palmeras

Quiere rozar las nubes como esas altas palmeras que contempla.

Ve como se yerguen inmutables, se elevan buscando el viento que las envuelve, que mueve sus grandes hojas como alas de ángeles del paraíso y cimbrea su tronco en una danza sugerente.

Viven ajenas a lo que vive debajo. Gusanos, insectos que se arrastran bajo sus grandes copas. Y de los humanos, preocupados por todo lo mudable, aferrados al suelo y con miedo a volar en libertad.

Evocadoras de historia, de grandes civilizaciones, esos hermosos árboles se recortan en el horizonte con la misma elegancia con  que adornaron los palacios de las Mil y unas noches. Banderas de esperanza para los caminantes perdidos en el desierto, señalando el oasis salvador.Sin perder la realidad del suelo que las sustenta, ascienden hacia la luz de sol y el infinito.

Por eso quiere rozar las nubes con sus dedos como esas altas palmeras que contempla. Quiere como ellas tocar el cielo.



sábado, 9 de agosto de 2014

Medusas

Poco podría haber pensado el héroe griego Perseo que su mayor enemigo seguría produciendo desazón entre los humanos muchos siglos después.

Ya no convierte en piedra a quien tiene la mala suerte de cruzar su mirada con ella, pero su nombre todavía es sinónimo de penuria: Medusa.

Ahora no es una, sino mareas enteras las que amenazan a los bañistas, camufladas en su transparencia, como si se fundieran con el agua. Sus tentáculos no son serpientes, como la del mítico monstruo decapitado, pero si igual de venenosos ; los salvadores no van con escudo y yelmo, sino con una camiseta blanca con una cruz roja en el pecho.

¡Pobres de aquellos que han sufrido sus urticantes caricias!

Mientras pasea por la orilla del mar, piensa en esta curiosa analogía entre estos celentéreos y leyenda persaíca.  A lo lejos ondea la bandera  amarilla anunciando precaución a los bañistas. Algunos niños en cubos sacan a los pequeños animales que parecen de gelatina. Con curiosidad las mueven con las palas y los rastrillos, con el mismo valor y desafío que pequeños Perseos. Pero esta vez no es la diosa Atenea la que acude en su ayuda, sino las madres protectoras que, arrebatando de un tirón el cubo, claman al cielo gritando:¡ quita, que te van a picar!

Sed felices.

sábado, 2 de agosto de 2014

Las vidas de otros




Hay quienes son solo a través de otros, a quienes conocieron, saludaron o consiguieron un libro dedicado.
Viven de anécdotas, del pasado, tan simples como la coincidencia y el intercambio de dos palabras.
No tiene vida propia. La toman prestada, sin permiso, arrimándose a otras vidas más emocionantes que las suya, sumergida en los cotidiano. Anhelan ser aquellos, o recuerdan insistente esos quince minutos de gloria que Warhol vaticinaba para todos los mortales.

¿Falta de valor para lograr sus sueños? Tal vez. Quizá cuando llegaron a la encrucijada de tener que elegir entre el pensamiento y el sentimiento, aquel tomó la riendas en aras de una vida segura.

Aparcados quedaron los pinceles, la guitarra o simplemente la idea de escribir una novela. Eso son cosas de "artistas", de bohemios, de perroflautas.

Y ahora, mientras escuchan el último disco en Youtube de su cantante favorito o espera en la fila de firmas para conseguir una dedicatoria de la escritora o escritor en que se podrían haber convertido, es posible que algunos se den cuenta de que todavía están tiempo de vivir su propia vida, de ser quien  escriban  los capítulos de su existencia.

Mientras, otros siguen recordando y viviendo a través de otros, de los que conocieron o saludaron y, que al contrario que ellos, apostaron por sus sueños.

Sed felices.